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Banca reporta tendencia decreciente de su rentabilidad

A  junio de 2019, el ritmo de crecimiento de la cartera sigue siendo mayor al de depósitos. Sin embargo, el Gobierno sostiene que las utilidades que viene generando la banca son las más altas de la historia del país.

Un informe de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), a junio de 2019, revela una reducción paulatina de la rentabilidad de los bancos en el país, debido a una mayor presión de los gastos financieros con relación a sus ingresos. 

“La rentabilidad del sistema bancario mantiene una tendencia decreciente desde hace varios años: en el primer semestre del año se redujo 0,3%, situándose en 11,9%”, precisa el reporte.

Las cifras al primer semestre del año dan cuenta que el ritmo del incremento de la cartera es mayor al de los depósitos ($us 957 millones Vs. $us 220 millones), señala Asoban. 

Esta situación da cuenta del dinamismo en la intermediación de recursos; de hecho, indica Asoban, los saldos de cartera y depósitos se mantienen en niveles históricos. “El crecimiento de la cartera en los últimos 12 meses tendió a reducirse, tal como se preveía (10,5%), dinamismo prudente en el actual contexto”, puntualiza el reporte.

 

Las consecuencias

Según Asoban, la reducción de la rentabilidad limita “la capacidad del sistema para hacer frente a choques adversos, como para gestionar eficientemente los riesgos futuros”.

El ente que representa a la banca privada afirma que “se requiere de acompañamiento entre la expansión crediticia y el fortalecimiento patrimonial a través de la rentabilidad, la cual se ve reducida en la medida en que la expansión crediticia no genera el retorno requerido para solventarla”.

De esta manera, el reporte indica que la banca necesita que la generación de capital interno solvente la expansión de la cartera y para ello es necesario un crecimiento equiparable entre ambas variables. De acuerdo a la banca privada, la rentabilidad se sustenta en razonables márgenes financieros y eficiente administración de costos y riesgos.

“Por cada diez dólares colocados en créditos, se requiere un dólar de patrimonio; en el contexto actual, dicha relación, ante la continua expansión crediticia y menor crecimiento de los depósitos, se sustenta patrimonialmente, lo cual puede generar dificultades en la sostenibilidad del sistema”, enfatiza la entidad que agrupa a los bancos de Bolivia.

 

Versión del Gobierno

A través de un comunicado, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas sostiene que las utilidades que viene generando la banca son las más altas de la historia del país y que entre 2013 y 2018 sumaron Bs 10.442 millones, que representa un promedio anual de Bs 1.740 millones de beneficio para los bancos, esto desde la aplicación de la Ley 393 de Servicios Financieros. 

Aclara que en términos de rentabilidad con respecto del patrimonio (ROE) es un promedio anual del 13,6% durante el mismo periodo.

En junio de 2018, el ROE alcanzó un 11,5% y hoy registra un 11,9%, mayor al observado el año pasado, lo que demuestra la solvencia del sector. 

Finanzas explica que el crecimiento de la cartera por encima de los depósitos no representa una situación anómala, toda vez que es regular en muchos países del mundo, así como en la región, en donde se observa que los sistemas financieros operan con cartera de créditos superiores a los depósitos como Brasil, Chile, Ecuador y Perú.

Por su parte, el presidente del Banco Central de Bolivia, Pablo Ramos, explica que la rentabilidad de la banca se recuperó en el primer semestre. Señala que este indicador creció del 11,5% (junio 2018) al 11,9% (junio 2019), lo cual muestra el crecimiento de las utilidades (Bs 831 millones en junio), el nivel histórico más alto, a pesar de la leve tendencia descendente registrada entre 2016 y 2018.

 

Problemas de liquidez

Ante los datos emitidos por Asoban, los analistas económicos y financieros ven que esa tendencia decreciente impactará en los créditos.

La caída de la rentabilidad, según Mauricio Ríos García, analista financiero, muestra las consecuencias de la represión financiera que se ha establecido en el sector con la bolivianización, los techos a las tasas de interés crediticio -productivo y de vivienda-, y los cupos obligatorios que deben alcanzar los bancos. A su juicio, el balance del conjunto del sistema financiero está demasiado deteriorado.

“Tiene problemas de liquidez hace tres años, porque las tasas de interés han estado fijadas en escalas bajas durante demasiado tiempo. Si las tasas de interés no son fijadas por el mercado, no habrá liquidez de manera natural en el sistema”, dice. 

En ese contexto, hace notar que los niveles de mora se están disparando por la reprogramación arbitraria de créditos y alude que la gente está sobre endeudada. Deduce que hay un serio problema de sobrecapacidad en la economía, donde la oferta y la demanda no se comunican.

“En unos sectores se observa sobreproducción y en otros escasez inconcebible. La economía no está creciendo de manera sana y sostenible, y cuando se reconozcan los errores cualitativos de inversión a los que se ha inducido a la gente con políticas erradas, el problema será peor”.

Según el analista económico Carlos Schlink, es el tercer año consecutivo que la banca registra una tendencia a la baja en la rentabilidad que se explica por dos factores.

El primero, la reducción en la captación de depósitos desde 2017, producto de la desaceleración de la economía en su conjunto, y los créditos han tenido la misma dinámica de crecimiento desde la aprobación de la Ley de Servicios Financiaros, lo cual en la actualidad es complicado mantener el mismo ritmo porque los créditos están al nivel de los depósitos. “Sin depósitos no se puede seguir prestando dinero; por ende, la banca tampoco genera rentabilidad”, advierte.

El segundo aspecto de la reducción de la rentabilidad de los bancos, a su criterio, tiene que ver con la exigencia del Gobierno de pagar impuestos a las utilidades en un 50%, cuyo efecto reduce el capital de operaciones de la banca y disminuye la disponibilidad de recursos para prestar al público, “lo cual repercute en todo el sistema financiero con la reducción de la liquidez y el enfriamiento de la economía”.

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