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Tendencias de la modalidad home office pospandemia y recomendaciones

El último período de nuestras vidas ha sido de cambios permanentes, en diferentes niveles de intensidad y la afectación ha tenido impacto en la vida personal y laboral según la situación particular de cada persona.


Las empresas también han tenido que hacer frente a los cambios de comportamientos de los consumidores. Por ejemplo, los canales de ventas tuvieron que adaptarse a entornos virtuales. Lo mismo sucedió puertas hacia adentro, donde las organizaciones se vieron desafiadas a reinventarse, adaptando recursos humanos, tecnológicos y económicos para poder transitar este escenario complejo e incierto.


Son varios los cambios que han tenido que suceder dentro de las organizaciones: sin embargo, voy a desarrollar dos de ellos que fueron fundamentales.
El primero ha sido la reorganización del trabajo, la migración de la oficina al hogar. Si bien Unilever cuenta con políticas de trabajo desde casa para el personal administrativo, la situación que atravesamos con la pandemia fue sin precedentes e hizo que el 100 por ciento de los empleados tengan que trabajar de manera inmediata desde sus casas para preservar su salud y bienestar. Desde mi experiencia, al comienzo de la pandemia, este proceso ha sido de cierta manera tímido, ya que existía la leve esperanza de que todo volvería a la normalidad en un corto plazo. Sin embargo, la tendencia fue opuesta y, frente a esta situación, las empresas han tenido que desarrollar, desde su área de recursos humanos, una transición más marcada del trabajo de oficina al hogar, incluso destinando recursos, insumos, muebles y enseres para que el trabajo lograra ser tan productivo como en las condiciones previas al trabajo en casa. En nuestro caso, tomamos acción de diferentes formas. Por ejemplo, acompañamos la migración de la oficina al hogar dando la opción de poder contar con las sillas ergonómicas en casa, dotamos de kits de productos de higiene con sanitizadores, alcohol en gel, jabón líquido; todo nuestro personal fue dotado de computadoras portátiles y celulares para poder operar y comunicarse de forma eficiente. También tuvimos nuestro proceso de comunicaciones activo, pasando permanentemente recomendaciones de como trabajar en la casa y a la vez recomendaciones para evitar el contagio.


El segundo cambio ha tenido que ver más con el apoyo a las personas desde lo emocional, psicológico y humano para equilibrar y lograr un balance entre dos escenarios que ahora se conjugan, que son el hogar y la oficina. Ha sido un reto enorme implementar nuevos rituales en la organización, generando espacios de colaboración y confianza para que todos, aun separados físicamente, estuvieran conectados. Algunas acciones que llevamos a cabo fueron habilitar un Programa de Asistencia al Empleado, con psicólogos en línea para atender a los colaboradores y familiares, incrementamos el personal médico, con servicios de acompañamiento y consultas sobre la Covid-19 tanto de forma presencial en las operaciones productivas como virtual para los colegas administrativos.


Hoy, el escenario de home office o teletrabajo nos ha demostrado ser una alternativa para organizar el nuevo normal. En este último tiempo, habilitamos más espacios de conversación en la organización, generando una mayor cercanía con el equipo de liderazgo. Por ejemplo, aumentamos la frecuencia de los townhalls con el gerente general de la compañía, dando pie a generar más cercanía y estar más alineado a las prioridades del negocio, momentos como “Un Café con Recursos Humanos Virtual” y herramientas similares han sido y seguirán siendo útiles para conectarnos con la gente. Si abrimos los brazos a la creatividad e innovación, fácilmente podremos descubrir actividades que sean de beneficio para las organizaciones y compatibles con el nuevo normal.


Como recomendación final, quiero mencionar el renacimiento personal. Tenemos que recibir los cambios con optimismo, se trata de un nuevo inicio, debemos hacer el ejercicio de replantear nuestros propósitos laborales y alinearlos con nuestro propósito de vida, replantear nuestras metas: profesionales, económicas, salud y espirituales; debemos encontrar claramente un balance entre la realización profesional y el bienestar personal.

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