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Cómo vender un webinar en tiempos de plaga zombie

Si siempre estamos en tiempos de crisis o en momentos de emergencia, deja de tener sentido considerarlos como momentos excepcionales. Vender en base al miedo no te convierte en líder o en inspirador. 

Por: Fernando Del Vecchio, Ph. D

El 90% (o más) de las propuestas de webinars que vas a ver hoy incluye en su título el ya repetido (hasta el hartazgo) “en tiempos de crisis” (o “en tiempos de Covid-19”).

En este momento, mientras escribo, una simple búsqueda en Google me permitió encontrar los siguientes ejemplos:  

  • Marketing on-line en tiempos de crisis
  • Soluciones digitales en tiempos de crisis
  • Aterrizando el marketing digital en tiempos de crisis
  • Liderazgo en tiempos de crisis
  • Liderazgo organizacional en tiempos de crisis
  • Liderazgo inclusivo en tiempos de crisis
  • Colaboración y productividad en tiempos de crisis
  • Cómo motivar a sus empleados en tiempos de crisis
  • Comunicación en tiempos de crisis
  • Comunicar en turismo en tiempos de crisis
  • Cómo gestionar las emociones en tiempos de crisis
  • Estrategias para retail en tiempos de crisis
  • Cómo gestionar el flujo de caja en tiempos de crisis
  • Creando negocios en tiempos de crisis

Y el mejor de todos, el que entendió que - si aparece una fiebre del oro - no tiene que ir a buscar oro, sino que tiene que aprovechar para vender herramientas para buscar oro, es el que organizó este webinar:

  • Cómo proyectar y hacer un webinar en tiempos de crisis

 

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¿Qué significa “en tiempos de crisis”? 

Desde que tengo uso de razón escucho que vivimos en emergencia, en tiempos difíciles o en tiempos de crisis. Desde que nací, he experimentado – en Argentina únicamente (estimo que en Bolivia no ha sido diferente) – las siguientes grandes crisis: terrorismo (bombas y muerte) y gobierno militar (desapariciones, guerra civil) en los años 70; Guerra de Malvinas, crisis de la deuda latinoamericana y todas sus consecuencias (siempre negativas), alzamiento carapintada, corrupción política e hiperinflación en los años 80; incremento de la corrupción política e incremento del desempleo en los años 90; crisis económica, desempleo, pobreza estructural, corralito y crisis del 2001, populismo kirchnerista y corrupción estructural generalizada en la primera década del siglo XXI; inflación en crecimiento (vamos hacia una nueva hiperinflación), corrupción estructural, pobreza creciente, incremento de la deuda externa y camino al socialismo con el nuevo gobierno kirchnerista y ahora, el Covid-19, todo esto último en la segunda década del siglo.

Y estas son las grandes crisis. Mientras tanto, la delincuencia también se ha incrementado, la pobreza ha alcanzado el 40% desde un 5% en los años 70, la educación se encuentra en caída libre desde hace décadas. Las grandes crisis son las que tienen titulares en los medios; las pequeñas crisis cotidianas se ven y se sufren todos los días y alimentan el ciclo que deriva en la catástrofe (en Argentina sucede cada 10 años aproximadamente). En Bolivia, ¿cada cuánto? Podemos competir, a ver quien vive más estresado y durante cuánto tiempo.   

Entonces: ¿cuál es la novedad de los tiempos de crisis? La novedad sería no vivir en tiempos de crisis, de emergencia. Y creo que muchos nos hemos acostumbrado a tal punto que hemos quedado insensibilizados ante todo ello. O, simplemente, vivimos esas y otras situaciones como parte de la vida cotidiana. Y así también tomamos decisiones. La vamos llevando… como diría mi padre.

La verdadera novedad en las últimas décadas ha sido la paz. Estamos viviendo en el período de paz más extenso de la historia. Quizás hoy lo damos por sentado, pero no era lo que daban por sentado nuestros abuelos o bisabuelos. Mi abuela materna vivió (y muy mal) la Guerra Civil Española; abuelos de mis amigos sufrieron en carne propia la Segunda Guerra Mundial (los sobrevivientes, emigraron y llegaron a Argentina con una mano atrás y otra adelante).      

Nos hemos acostumbrado a vivir con miedo y a responder al miedo. Y las ofertas de cursos se aprovechan de ello, indicando la importancia de aprender - lo que sea que se esté vendiendo – en estos aparentes, pero permanentes, tiempos de crisis.

La traducción lógica de todos esos cursos que se ofertan hoy es la siguiente: cómo manejar tus finanzas, cómo vender o liderar, cómo comunicar, como crear negocios… siempre.

Si siempre estamos en crisis, el único sentido que tiene repetirlo es mantenerte en estado de temor para que tomes una decisión en la dirección que desea quien comunica.

El miedo puede motivar, pero – definitivamente – no inspira.

Si quieres inspirar, en tiempos de crisis, de Covid-19, en momentos de crisis de deuda o de invasión de avispas asesinas (seguramente se está gestando), o de plaga zombie (también se habla de su potencial ocurrencia) no generes temor en tu público objetivo para lograr una venta.

Si lo haces, no eres un líder, no eres un inspirador. Eres un vendedor. Probablemente un buen vendedor. Y no estoy siendo despectivo. Pero llamemos a las cosas por su nombre.

Lo que hagas y cómo lo presentes, atraerá un cierto público y repelerá a otro público. Siempre. Y esa decisión, como emprendedor o como empresario – en tiempo de crisis o no – siempre será tuya.

 

Fernando Del Vecchio  es Doctor en Dirección de Empresas y MBA de la UCEMA. Licenciado en Administración. Especialista en dirección, gestión e innovación de negocios de la industria creativa y cultural (economía naranja). Director del Programa MBA en la Escuela de Negocios de la UDLA (Quito, Ecuador).   

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