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IMPUESTO

Crecen las recaudaciones y aumenta la presión

Por la baja de exportaciones de gas, principal fuente de ingresos del país, en los últimos cuatro años creció la presión impositiva hacia el mercado interno, hecho que alienta a la informalidad, según economistas.

En Bolivia, el universo de contribuyentes o Padrón Nacional de Contribuyentes (PNC), que llegó a administrar el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) en la gestión 2018, entre activos e inactivos, alcanzó a 1.040.609, un 8,3% más que el año 2017.
Para el Gobierno, este dato es relevante, ya que las acciones del SIN no se limitan a los contribuyentes con obligaciones tributarias vigentes (activos), sino que se extienden a todo el universo acorde a los criterios de riesgo aplicados.
El total de contribuyentes activos en el PNC, al cierre de 2018, fue de 425.782, un 6,2% más que en 2017, de los cuales el 74,6% corresponde al Régimen General y el restante 25,4% a los Regímenes Especiales.
Un componente significativo del PNC sigue siendo representado por las Personas Naturales (51,4%) y las Empresas Unipersonales (39,7%), mientras las empresas o personas jurídicas y sucesiones indivisas representaron el 8,9% restante.
Sin embargo, para economistas consultados por Libre Empresa, no siempre lo que se dice responde a la realidad nacional, ya que el padrón de contribuyentes refleja una alta concentración impositiva, lo que riñe con el principio tributario de la universalidad.

La informalidad crece
Para los economistas Germán Molina, José Luis Evia, Carlos Gemio, consultados por este medio, el informe del SIN corrobora lo que perciben las empresas, los emprendedores o profesionales, que reclaman por la carga y la presión impositiva en Bolivia.
Coinciden que los datos también sirven para entender por qué la informalidad en el país ha crecido vertiginosamente. De acuerdo a las cifras de la encuesta de hogares, seis de cada 10 trabajadores se emplean en la economía informal.
Y es que la informalidad está en relación directa con la complejidad tributaria y con todo lo que implica ser formal. Sobre todo, por las sanciones a las que están expuestas las actividades formales. “Se llega al absurdo de que sanciones que pueden haberse generado 10 años antes (plazo de prescripción), nunca prescriben, y actualizadas continuamente se hacen impagables”, señalan Evia y Gemio.
De ahí que la mora tributaria sea enorme y creciente. Mientras, las autoridades de Gobierno buscan arreglar el problema con “perdonazos”, que sirven poco para aliviar las aflicciones de los contribuyentes. Y, por supuesto, no se les ocurre pensar que es la pesada carga tributaria la que ahuyenta e impide ampliar el universo de contribuyentes, indica Gemio.
En su informe, el SIN señala que el proyecto “Control Masivo (Omisos, Morosos y Notificaciones)” comenzó en marzo del año pasado en las distintas dependencias operativas del SIN, con una meta de recaudación general de Bs 17.000.000”.  
Al respecto, la institución remarca que “desde el inicio del proyecto, hasta la conclusión, en diciembre 2018, se ha obtenido una recaudación de Bs 31.594.409, sobrepasando la meta anual programada en 85,85%”.
Esta información confirma lo que apuntan Evia y Gemio, que el peso fiscal es enorme sobre quienes desarrollan actividades formales en el Estado y están sujetos a las obligaciones tributarias.

Más recaudaciones
Anualmente, el SIN reporta los resultados de una gestión que en la parte sobresaliente revela cuánto dinero se logró recaudar, para el Estado, del universo de contribuyentes.
En su informe, precisa que en 2018 recaudó Bs42.121 millones por concepto, superior a Bs 39.699 millones de 2017. “La recaudación obtenida por el SIN fue resultado del comportamiento positivo de los impuestos más representativos del Mercado Interno y del trabajo permanente de la institución para facilitar el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias de los contribuyentes, controlar y fiscalizar el correcto pago de impuestos y el cobro de adeudos generados por el incumplimiento”, destaca.
Aclara que la gestión 2018 se caracteriza por la recuperación gradual y progresiva de los precios de exportación de gas natural y su efecto en el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), la implementación de la Ley N°1105 de 28 de septiembre de 2018, que estableció un período de regularización para el pago de deudas y multas de dominio tributario nacional por un plazo que se extenderá hasta la gestión 2019; y modificaciones a las normas administrativas, con el fin de facilitar el cumplimiento tributario y que tuvieron un impacto en la recaudación.
Sin embargo, según los economistas, se deberían tomar en cuenta variables como el de fomento a la micro, pequeña y gran empresa; o explicar, adecuadamente, cómo y bajo qué condiciones la presión fiscal contribuye al desarrollo de empresa en el Estado.
Según el reporte oficial, y así sucede cada año, el que más aportó en la gestión 2018 fue el Impuesto al Valor Agregado (IVA) con Bs 10.566,2 millones, generando el 30,6% de las recaudaciones totales del mercado interno.
Sigue en importancia el Impuesto a las Transacciones (IT), que incrementó su participación hasta llegar al 13,5%, debido a que algunos sectores ya no contaron con la compensación por pagos del Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE), debido a la reducción del mismo.
En el caso del IUE, tanto la recaudación como su participación en el total fue superior a la de 2017, debido fundamentalmente a la cancelación que hicieron tres sectores: minero, servicios y comercio.
En ese sentido, la tasa de crecimiento llegó al 4,3% y la participación se situó en torno al 29,2%, indica el SIN.

Otras observaciones
Siguiendo el informe del SIN, es posible advertir de inicio dos cosas. La primera tiene que ver con el carácter disuasivo que debería tener la penalización por infracciones tributarias, lo que no ocurre en nuestro medio, ya que su finalidad es ahora básicamente recaudatoria, apunta Molina.
En ese sentido, en el informe del SIN, el rubro “Conceptos Varios” llegó a Bs 2.694.4 millones, del total de ingresos por adeudos tributarios referidos a: mora, multas y otras penalidades. De esta manera, llega a constituirse en el quinto rubro de ingresos en importancia en el mercado interno, comparable con los ingresos que genera el IEHD (Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados), que llegó a Bs 3.073.3 millones. “Se entiende así el porqué de las frecuentes denuncias de persecución impositiva”, subraya Gemio.
Otra variable que hace del régimen impositivo boliviano altamente nocivo para fomentar la industria nacional, tiene que ver con la cantidad de gravámenes vigentes y la baja incidencia de muchos de los impuestos en el total de las recaudaciones.
Es el caso, por ejemplo, del RC-IVA, que además de recaudar muy poco tampoco funciona para controlar la cadena del IVA, porque el aumento del Salario Mínimo y el umbral de exención determinan que muy pocos exijan facturas en sus compras, señala Molina.
“Así pues, la realidad muestra que el actual régimen tributario ha cumplido largamente su ciclo y es incapaz de hacer frente a la informalidad desbordante”, apunta a su vez Evia.
Otros impuestos
En el caso del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), creado en 2006 en un escenario de debilidad económica, previo a la bonanza, su efecto recaudador es bajo, afecta al objetivo de bancarizar las transacciones (grava créditos y débitos en cuentas corrientes y cajas de ahorro) y es funcional a la informalidad que necesita dinero en efectivo para sus transacciones, observa Molina.
El impuesto a las salidas al exterior genera ingresos igualmente marginales, pero afecta al turismo y a las agencias de viajes que, además, actúan como agentes de retención.
El impuesto a los juegos y la participación en juegos es también irrelevante, pero complica el trabajo de quienes se dedican a la promoción de ventas o sorteos, buscando de ampliar ventas y premiar aspectos como la fidelidad del consumidor.
El Sistema Tributario Integrado, como el Régimen Simplificado recauda muy poco, pero éste último quizás es el que mayor lógica posee habida cuenta la presencia de sectores muy pequeños: artesanos, vivanderos y comerciantes minoristas.
En suma, el número de impuestos es grande y creciente, pero mayormente aportan poco en términos de ingresos. En contrapartida, sus efectos distorsivos son muchos, además de ser una carga pesada para los contribuyentes y para la propia administración tributaria, coinciden los entrevistados.

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