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La economía de gas frena el crecimiento del PIB

El gobierno “ajusta clavijas” al gasto público. Empresarios y expertos proponen una receta de ocho puntos para “aguantar la desaceleración”.

La lenta recuperación del precio de los hidrocarburos en el mercado mundial y, en general, un entorno internacional “débil”, según reconoció el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos Sánchez, frenó el crecimiento de la economía y volvió a poner al Estado frente al reto de diversificar ingresos y alentar un crecimiento mayor al 3.34% del Producto Interno Bruto (PIB), que registro en el periodo enero-marzo de 2017, uno de los más bajos de los últimos ocho años.
Juan Antonio Morales, expresidente del BCB, se hizo eco también de esta situación. “Hay una combinación: caen los ingresos por exportación, porque han caído los precios, y caen también los ingresos fiscales. Entonces, el Gobierno, que ha estado apostando a mantener el nivel de actividad, el crecimiento sobre la base de inversiones públicas, se va a encontrar con dificultades de financiamiento que son sustanciales”, advierte.
La difícil situación puso al descubierto, una vez más, que la economía del gas y la explotación de los minerales, que mostraron un desempeño negativo de -14.1% y -1.6%, respectivamente, frenaron el crecimiento de la economía, y en respuesta el gobierno anunció “ajuste de clavijas” para reducir el gasto público.

Alta incidencia del gas
Para la economía boliviana, que dos sectores estratégicos no hayan crecido, sino mostrado recesión, impacta en los indicadores macro económicos, así como en la reducción del crecimiento del PIB, exportaciones e ingresos tributarios, además de repercusiones en el empleo y en la inversión social, asegura el analista económico René Martínez, de la Fundación Jubileo.
Está claro y el Gobierno lo sabe. El sector hidrocarburos tiene una alta incidencia en los indicadores macro económicos en el país. Así, el año 2014 representó cerca de 7,9% de PIB, en tanto que en 2015 los ingresos por hidrocarburos significaron 47% del total exportado; mientras que a 2016, significan entre el 35 al 45%.
Asimismo, este sector contribuyó con cerca de 40% de los ingresos tributarios el año 2014, y representa 36% de aporte a los ingresos fiscales de esa gestión.
El 87% del gas que produce Bolivia es exportado a los mercados de Brasil y Argentina, el precio de exportación es calculado trimestralmente. Para la venta a Brasil, depende de la cotización de los precios referenciales de tres fuel oil, y para la venta a Argentina a éstos se adiciona la cotización del precio del diesel; siendo que todos estos precios referenciales, a su vez, dependen del precio internacional del barril de petróleo ($us/Bbl).
Disminución del ingreso
El Presidente Evo Morales lo dijo en varias oportunidades. “Bolivia vive del gas”. Como los ingresos por el gas siguen disminuyendo, también hay menos ingresos disponibles para el Estado. El Presupuesto General del Estado (PGE), para el año 2016 y el de 2017, reportaron ingresos fiscales con base en un precio de 45 $us/Bbl, en el mercado internacional, por lo que los ingresos que recibían los beneficiarios de la renta petrolera son definitivamente mucho menores a los previstos.
De inicio, los presupuestos más afectados son aquellos con alta dependencia de regalías y del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), lo cual generará una mayor tasa de desempleo a la prevista por el Gobierno y un recorte en inversión social.
Un caso particularmente preocupante es el de Tarija, debido a que los ingresos corrientes de la Gobernación de ese departamento dependen en 92% de la regalía departamental, esto debido a que Tarija es la principal región productora aportando cerca de 70% de los hidrocarburos que produce el país, señala Martínez.
El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Wilfredo Rojo, sin embargo, pone el dedo sobre la llaga a propósito de la exportación de gas. Critica la política petrolera promovida por la actual administración de Morales.
"Se ha invertido en exploración y no hay resultados. Los pozos que se encontraron ya estaban explotados antes de 2006. El Gobierno vino y cosechó solamente”, sostiene el empresario sobre la arena política.
Según Rojo, antes con un barril de petróleo que tuvo entre $us 20 ó 30, las petroleras privadas eran rentables y ahora, con 50, YPFB no lo es.

Evo debe ser austero
Con un entorno económico complicado y decisiones administrativas que se hacen cuesta arriba para el Gobierno, Rojo también invocó del presidente Evo Morales austeridad ¿cómo? Sugirió al Primer Mandatario "no viajar tanto en su avión particular, que es de todos los bolivianos (…) usar una línea aérea normal, Boliviana de Aviación (BoA); y hacer que no lo protejan tanto con 10 vehículos, como si fuera el líder de uno de los países más poderosos”.
La dura realidad impone condiciones y el Gobierno, a pesar que resiste admitirlo, comenzó a reconocer la dura tarea fiscal de “ajustar clavijas” al gasto público, como lo anticipó el vicepresidente, Álvaro García Linera, en presencia de los CEOS de la industria petrolera nacional y extrajera, a fines del mes pasado en Santa Cruz.
“Estamos esforzándonos, vamos a esforzamos para llegar a un 4,5%. Estamos ajustando las clavijas para acelerar la inversión”, decía el dignatario de Estado.
Pero qué implica ¿ajustar las clavijas? “Hay que disminuir el gasto público, (el Gobierno) tiene que disminuir el sobredimensionamiento de las empresas públicas. Tendrán que deshacerse de las empresas públicas que no están dando resultado, y que ellos saben que no van a dar resultado”, mencionaba Rojo con frialdad de cirujano.
En parte, García Linera asumió las sugerencias como receta para el Gobierno. “Tenemos seis meses para acelerar la inversión en carreteras,  en plantas termoeléctricas, en hidroeléctricas, Hospitales y caminos que son las principales áreas de inversión. Queremos llegar al 4 ó 5%2”.

El PIB a la baja
La preocupación del sector privado sobre el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), tomó bríos días después que el propio Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Mario Guillen, diera cuenta del comportamiento de la economía nacional al primer trimestre de la gestión 2017 (enero-marzo).
En el informe que presentó Guillen, dijo que el PIB creció sólo un 3,34%, una cifra inferior a los últimos ocho años.
Las cifras oficiales que tiene bajo registro el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), señalan que el PIB creció en 5,12% en 2012, 6,8% el 2013 mientras que bajó a 5,46 en 2014, y en 2016 se tuvo un registro de 4,3%.
A modo de descargo, el ministro informó que el desempeño de la mayoría de actividades económicas del PIB, crecieron por encima de 4%. De esta manera, según la autoridad, el sector agropecuario repuntó en 8,6%; construcción, 7,2%; y la industria de alimentos, bebidas y tabaco, 5,6%.
El promedio de crecimiento del 4% en las proyecciones económicas de Bolivia realizadas por la Cepal, Banco Mundial y el FMI, preocupa a los empresarios porque significa que el país no podrá abatir la pobreza extrema y relativa, advirtió a su vez el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.

Cuidado con la pobreza
De acuerdo con datos que dispone el gerente del IBCE, cerca de tres millones de bolivianos todavía viven en la pobreza relativa, mientras otros dos millones se ubican en la extrema pobreza.
"Todavía tenemos la falta de empleo por la baja dinámica en la economía, una creciente expulsión de bolivianos que se van a otros países, como Brasil o Argentina, a trabajar en condiciones de semiesclavitud", afirmó Rodríguez.
Un tema que planteó también el empresario y que fue motivo de atención particular de Libre Empresa fue el hecho de que a 2017, el 80% de los productos que exportamos tienen su origen en recursos extractivos no renovables, sin valor agregado. Sólo el 20% de un sector no tradicional tiene valor agregado, apuntó.
“Si las arcas del Estado van a sufrir una disminución en cuanto a ingresos, lo que se impone es una mayor eficiencia en el gasto”, sugirió también como práctica el gerente del IBCE.
En esta misma línea, el expresidente del BCB, señala que “limitar el gasto corriente es más complicado, porque gasto corriente es básicamente empleo y uno no quisiera tampoco despedir gente (en el sector), pero se debe cuidar que no crezca más.

Dinero para aminorar la crisis
El presidente del BCB aseguró, sin embargo, que hay dinero en las arcas fiscales para aminorar una eventual crisis económica.
"Bolivia tiene colchones financieros representados en primer lugar por las reservas internacionales y que, sumadas a otros activos externos en moneda extranjera, representan 14.000 millones de dólares".
Los "colchones financieros" sirven para amortiguar cualquier emergencia o enfrentar una eventual crisis financiera en el país, recordó.
"En suma, estamos respaldados, contamos en la economía boliviana con el respaldo financiero en dólares y moneda local suficiente", apuntó.
En este sentido, como resultado de la aplicación de políticas contracíclicas, Bolivia alcanzó en 2016, por tercer año consecutivo, el mayor crecimiento de América del Sur; y en 2017 estaría también entre los más alto de la región, principalmente sustentado en la demanda interna, reportó la autoridad.

 

Receta para la crisis

Para repuntar el crecimiento, o al menos mantener la estabilidad económica para los próximos cinco años, Martínez plantea al Gobierno la urgencia de implementar decisiones de política fiscal que sintetizan en los siguientes puntos:

1. Analizar y resolver el tema del tipo de cambio. Según el analista, mantener congelado la paridad del dólar frente al peso boliviano, desde el año 2011, no favorece a las importaciones y, por el contrario, va en desmedro de la producción nacional.

2. Urge incorporar al sector privado para impulsar una articulación público-privada orientada a encaminar la producción.

3. El Gobierno tiene que promover el respeto y fortalecimiento de la institucionalidad en el Estado.

4. Tiene que haber un ambiente más favorable y propicio para las inversiones, nacionales y extranjeras en el Estado.

5. Como los ingresos disminuyeron, sustancialmente, urge no castigar al sector formal. Por el contrario debería ampliarse el universo tributario, incorporando a sectores de la actividad económica que aún no tributan al Estado.

6. Necesitamos tener cuidado con la contratación de deuda y sus condiciones. Si hay nuevos préstamos internacionales, los recursos deberían ser destinados a la inversión y no al gasto.

7. El Gobierno debería contener el crecimiento de gastos que no generan impacto en el desarrollo.

8. Y finalmente, optimizar el uso de los recursos públicos, siendo rigurosos con la evaluación de la inversión, incorporando criterios de costo-beneficio y priorizando la inversión productiva que genere retornos.

 

 

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