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Carlos Contreras

De gerente a dueño de su propio hotel

Texto: Mónica Briançon Messinger

El recorrido por el camino del rubro hotelero está lleno de desafíos y sueños, sin embargo, el principal, ser propietario de uno de ellos con un servicio de excelencia. Pocos logran esta meta, pero personas como Carlos Contreras, que ha perseverado cada instante, lo ha hecho realidad.

Treinta años de experiencia en el rubro hotelero. Todo empezó cuando fue a estudiar administración hotelera a España. A su retorno trabajó en el Hotel Gloria de La Paz y muchos otros de prestigio, pero jamás perdió la ilusión que se planteó al titularse: Poseer su propio hotel.
Han tenido que pasar tres décadas desde ese entonces para que Carlos Contreras pueda tenerlo. Antes fue su gerente, hoy es el dueño del Hotel La Colonia en Cochabamba.
En 1991 tuvo la posibilidad de abrir el Hotel Diplomat de Félix Martínez, como gerente de alimentos y bebidas.
“Comenzamos de cero este hotel, fue creciendo y de ahí tuve la suerte de ser el último gerente del Hotel Portales”, rememora Contreras, al tiempo que recuerda que ese hotel pasó de la familia Vrsalovic, en 2002, a manos de Waldo Monje.
El inquieto hotelero volvió a La Paz para reabrir el Gran Hotel París, ubicado en la plaza Murillo, que inicialmente comenzó sus actividades en 1914, transformándose, según Contreras, en el primer hotel que tuvo el país, en ese entonces.
Con la nueva inauguración los dueños trajeron a un chef ruso y a un pastelero español quien luego abrió la pastelería La Ópera, en la calle Comercio, considerada como una de las mejores en las décadas de los 70 a 80’s.
“Este chef ruso creó un platillo que lo llamó el Typical chef ruso, es decir el típico chef ruso, y que ahora se conoce como el famoso lomo montado”, asegura el propietario del Hotel La Colonia quien, en ese entonces, entró a la reapertura del Hotel París también como gerente de alimentos y bebidas.

Idas y venidas
Luego volvió a Cochabamba, esta vez al Diplomat como gerente de operaciones, y después de un tiempo, la ciudad del Illimani lo convocó nuevamente para que esta vez esté a cargo de las operaciones del Hotel Europa.
En 2009, a solicitud de Carlos Antonio Pavisic, retorna a Cochabamba para abrir un hotel de cinco estrellas. Era el Gran Hotel Cochabamba. Trabajaron duramente para entrar en la norma. Lo lograron y abrieron las puertas del hotel el 31 de diciembre de 2009 a propósito de celebrar la fiesta de Año Nuevo.
“Hicimos la fiesta respondiendo a la añoranza que sentía el público y a la expectativa de las personas sobre la remodelación que vieron que hicimos; oficialmente abrimos las puertas el 9 de enero de 2010”, apunta Contreras, al tiempo que recuerda que Tommy Lonsdale fue el primer huésped.
Estuvo como gerente general hasta enero de 2012 cuando se fue de gerente al Hotel La Colonia, entre los años 2012 a 2014, cuando sus pasos lo llevaron al Resort Hotel Regina y trabajó como gerente comercial y de ventas junto a la familia Rodríguez en un plan de duro trabajo, que fue respaldado por Regina Rodríguez, a quien Contreras la denomina como el alma central de ese hotel.
En ese entonces, recuerda que se trabajó en el reposicionamiento del Resort respecto a la lejanía del centro de la ciudad para cambiar esa percepción. Remarca que es el único hotel en Bolivia donde puede aterrizar un helicóptero, dada la amplitud de sus terrenos.
Trabajó con esta familia hasta el año 2017 cuando lo invitaron para gerentar el Hotel Boutique Huper Hotel, bajo toda la normativa que se exige para alcanzar esta categoría.
Una invitación posterior, que llegó en febrero de este año, por parte de René Polo, propietario del Hotel Camino Plaza, hizo que cambiara de hotel y fue gerente de este último hasta el 14 de septiembre cuando se le presentó la oportunidad que había esperado durante toda su vida, ser el propietario de un hotel.
La ilusión se cristalizó porque le indicaron que el Hotel La Colonia, de la familia Guth, estaba a la venta.
“Tuve el apoyo del gerente del banco Bisa, Juan Pablo Ruiz, para poder efectuar la compra, sobre todo debido a mi trayectoria profesional”, indica Carlos, quien al tiempo menciona que el soporte también provino de sus asesores y ahora socios Cayo Salinas y Francisco Cossío.

Nuevo dueño
A partir de esa fecha, fundamental en la vida de este hotelero, La Colonia forma parte del patrimonio familiar Contreras Aguilar, formado por Carlos, Ann Bee Lee Aguilar y sus hijos Carlos Felipe, Juan Manuel y Juan Pablo que le han brindado todo el apoyo y soporte al pasar por esta etapa que marca un antes y después de 30 años en la senda de la hotelería.
A partir de la compra, el nuevo dueño se ha dedicado a las tareas de reorganización, trabajando en su relanzamiento, tanto de las instalaciones como del Salón Avanti y los otros salones que posee.
Dentro de los planes inmediatos está el cambio de la ropa de cama, el mantenimiento preventivo de las instalaciones y la capacitación al personal en cuanto a las habilidades que deben mostrar en el quehacer diario de La Colonia.
Este hotel tiene 56 habitaciones con una ocupación máxima de 150 personas que pueden distribuirse en habitaciones dobles y triples. Tiene, asimismo, dos suites presidenciales con todas las comodidades que se espera de este tipo de instalaciones y un comedor con una capacidad para atender a 60 comensales.
Además, cuenta con nueve salones para atender todo tipo de acontecimientos, con capacidades que van desde las 1.200 personas hasta pequeños auditorios para 40 y otros salones destinados a seminarios y conferencias que pueden recibir entre 100 a 150 personas.
Contreras quiere posicionar a La Colonia como un hotel y centro de convenciones, así como volver a traer a la franquicia gastronómica La Casa del Camba, para lo cual está llevando adelante una serie de conversaciones con la familia Medina, propietaria de esta cadena de restaurantes.
El hotelero finaliza señalando que se siente feliz con esta adquisición porque al ser suyo el hotel, no se cansa y trabaja sin pausa, especialmente durante los días de convulsión social a la que estuvo sometida la ciudad de Cochabamba, haciendo las compras de alimentos para no dejar a sus huéspedes sin la atención necesaria.
Recuerda que quienes trabajan en este sector son personal de servicio que se debe a las personas y que esa es la directriz que debe guiar cada uno de los pasos que se dé.

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