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Fondo bancario cuenta con $us 23,9 millones para acceso a vivienda

El monto, que pertenece al Fondo de Garantía de Vivienda de Interés Social constituido hace más de tres años, permite a los bancos garantizar créditos de vivienda social en torno a los $us 239 millones.

El Fondo de Garantía de Vivienda de Interés Social (Fogavis), constituido por la banca nacional, cuenta con $us 23,9 millones provenientes de las utilidades netas de los bancos en las gestiones 2014 y 2016.  
De acuerdo con los lineamientos de funcionamiento del Fogavis, este monto permite garantizar en torno a $us 239 millones en créditos de vivienda social, informa un reciente reporte de la banca boliviana.
“El Fogavis tiene la finalidad de cubrir hasta el 20% de la garantía de créditos hipotecarios de vivienda de interés social. Es decir, una familia puede acceder a un crédito por el 100% del valor de la vivienda, crédito del cual el 20% será garantizado por el Fogavis, correspondiente al aporte propio de la familia, y el 80% por el inmueble financiado. De este modo, el Fogavis facilita el acceso a una vivienda a todas aquellas familias que no cuenten con el aporte propio requerido para obtener un crédito”, explica Nelson Villalobos, Secretario Ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban).

Aporte banquero
De acuerdo a ley gubernamental, a partir de los resultados de la gestión 2014, los bancos destinan el 6% de sus utilidades netas a la constitución de Fondos de Garantía como parte de su Función Social. Uno de ellos es, precisamente, el Fondo de Garantía de Vivienda de Interés Social, que cuenta con el 35% del total del monto destinado por la banca a estos fondos.
El Fogavis es un fondo dinámico, ya que en la medida que las familias comienzan a pagar sus cuotas del crédito mensualmente, la porción correspondiente a amortización a capital libera de la garantía otorgada por el fondo, facilitando de ese modo que se continúen colocando y garantizando créditos destinados a vivienda social.
“Un ejemplo sencillo que podría emplearse es el de una familia que adquiere una vivienda de $us 100.000 y que decide solicitar la garantía del 20% del Fogavis. En este caso, 20.000 dólares los garantizará el fondo, los que serán pagados en 5 años a una tasa de interés fija de 6% anual, si el crédito es de 20 años plazo. Es así que, desde el primer mes de amortización de capital, el fondo libera lo garantizado para dar lugar a la garantía de otro crédito”, precisa Nelson Villalobos.

Creciente demanda
La demanda por las garantías del Fogavis ha sido alta, por lo que su uso en algunas entidades bancarias alcanzó a su totalidad, pero quedan entidades que cuentan con margen para continuar garantizando las operaciones de vivienda de interés social con este Fondo.
“Se debe considerar que han transcurrido más de tres años desde la puesta en funcionamiento del Fogavis, por lo que muchas operaciones ya han liberado garantía de este fondo para dar lugar a la otorgación de nuevos créditos. Por ello, Asoban recomienda a las familias apersonarse a más de una entidad bancaria y consultar sobre las condiciones del Fogavis”, concluyó el secretario ejecutivo de la entidad que agrupa a los bancos en Bolivia.
Hasta antes de ejecutarse esta medida, con la antigua Ley de  Bancos 1488, una persona que deseaba financiar una vivienda tenía que contar con el 20% de aporte propio, es decir que si se quería financiar una casa de $us 50.000 tenía que contar con $us 10.000 que le permita cubrir el 20% del aporte propio.
Por tanto, en cumplimiento a la función social establecida por la Ley de  Servicios Financieros, los Bancos Múltiples destinan ahora el 6% de sus utilidades netas para la conformación de los fondos de garantía para créditos de vivienda de interés social sin cuota inicial, medida que está beneficiando a miles de familias que no cuenta con el aporte propio.

Mediante decreto supremo 2137 del 9 de octubre, se determinó que todas las entidades de intermediación financiera destinarán anualmente un porcentaje de sus utilidades para fines de cumplimiento de su función social, sin perjuicio de los programas que las propias entidades financieras ejecuten.

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