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Mora

Mora bancaria en ascenso

Iliquidez, problemas financieros, desaceleración de la economía, son algunos de los factores que explican el aumento en cuanto al incumplimiento de las obligaciones de pago contraída por los deudores del sistema bancario nacional.

En definitiva, este año, como el anterior, la situación económica en general, para el ciudadano de a pie, para las empresas y para las propias instituciones públicas, como gobernaciones y municipios, continúa estando caracterizada por una disminución de los ingresos y, por ende, de recursos disponibles.
En diversos círculos sociales se escucha y se siente que hay menor dinamismo en la economía, aunque el Gobierno nacional anticipa que la situación está bajo control, por buen camino, al punto que el propio Presidente Morales aseguró a los trabajadores el pago de un segundo aguinaldo, porque el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) será superior al 4,5%.
Uno de los sectores donde se percibe en forma directa esta sensación de freno económico es en la banca, donde entendidos en el tema realizan algunas consideraciones sobre un indicador que puede parecer preocupante en esta coyuntura: la mora.
Ante un requerimiento de LIBRE EMPRESA sobre este tema, la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), mediante su secretario Ejecutivo, Nelson Villalobos,  informa que al primer trimestre de 2018, el índice de morosidad se situó en 1,9%, considerado como un nivel bajo.
“A marzo de 2018 la cartera en mora alcanzó los $us 319 millones; es decir, 21% por encima del monto alcanzado doce meses atrás. En términos de índice de morosidad, se situó en 1,9%, manteniéndose en niveles reducidos que responden a la continua expansión crediticia que han impulsado los bancos”, precisa Villalobos.

Cartera reprogramada
Según Jorge Velasco, ex vicepresidente de negocios del banco Bisa, la mora del sistema financiero se incrementó en el primer trimestre del año, como una tendencia ya indicada por Villalobos quien, en declaraciones anteriores, advirtió que los créditos impagos sufrieron un ascenso gradual en los últimos tres años: en 2013 estaba en 1,3%; en 2014 se elevó a 1,4%; en 2015, a 1,5% y el primer trimestre de 2018 cerró con 1,9%.
“Este índice de mora se calcula cada fin de mes y su nivel real podría ser mayor si se toma en cuenta que la morosidad a mitad de mes tiene índices más elevados en la banca. Para bajar esos niveles, la banca asume varias acciones, entre ellas: proceso de cobranza judicial y extrajudicial, reprogramaciones y castigos de cartera. Por eso, otro indicador que preocupa es el incremento que ha sufrido la cartera reprogramada”, sostiene Velasco.
Por su lado, el abogado de litigios, asesor legal y consultor jurídico de empresas, Ciro Añez, explica que el aumento de la mora es una evidencia que la sociedad está dejando de honrar sus deudas y esto puede deberse a muchos factores, entre ellos están las causas de iliquidez y problemas financieros, esto implica que el deudor no dispone de fondos autogenerados suficientes para hacer frente a todos los pagos operativos y financieros.
“Luego están las causas económica; esto es cuando el deudor tiene un problema más serio que un simple desfase entre cobros y pagos, y que afecta a los cimientos de su negocio. Generalmente se trata de empresas cuyos beneficios son insuficientes y su rentabilidad es excesivamente reducida para que el negocio sea viable. Usualmente esto es resultado por una baja en las ventas sumado a un alto costo que implica sus trabajadores y a causas circunstanciales porque el deudor está atravesando determinados problemas coyunturales, sociales o culturales”, amplía el abogado Añez.

Incremento de la mora
Velasco asevera que la mora bancaria siempre ha sido un termómetro para conocer cómo está la situación económica del país.
Durante la última crisis económica, alcanzó cifras de dos dígitos, cuando en 2005 estaba en 10,1% y hubo bancos con índices por encima del 16%,  que no tomaron previsiones de acuerdo a su nivel de riesgo y/o que estaban muy concentrados en algunos sectores económicos o por segmento de cliente.
“En ese momento, los bancos montaron unidades de créditos especiales para atender una cartera crediticia pesada y que requería una atención especializada, el incremento de la cartera reprogramada fue significativa, los niveles de bienes adjudicados se dispararon al grado que los bancos parecían inmobiliarias con edificios, casas, terrenos. Las previsiones constituidas fueron millonarias y las pérdidas también”, recuerda Velasco.
Ríos García indica que la mora es considerablemente más alta de lo que se muestra debido a la reprogramación permanente de cartera, “pero todas estas medidas son maquillaje mientras no se solucione el problema estructuralmente”, sostiene.
Villalobos esclarece que la cartera en mora ha tendido a incrementarse a mayor ritmo, en los últimos meses, vinculado ello con el propio desempeño económico sectorial que influye en la capacidad de cumplimiento de obligaciones de los prestatarios.
“A pesar de ello, no se constituye en un índice alarmante, lo que responde en cierta medida a la eficiente gestión de los bancos; siendo el aumento de la cartera en mora un indicador de continuo seguimiento”, arguye el secretario ejecutivo de Asoban.

Causas para el incremento
La cartera en mora, según Villalobos, es mayor en determinados sectores: a marzo de 2018, en el sector productivo alcanzó los $us 124 millones, en comercial fue de $us 85 millones, y en servicios llegó a $us 52 millones.
En tanto, la cartera hipotecaria de vivienda conserva los menores volúmenes de mora: $us 36 millones en vivienda de interés social y $us 49 millones en el resto de la cartera hipotecaria de vivienda; mientras que la cartera al consumo registró $us 45 millones.
Para explicar este aumento, Añez se refiere a la parte normativa, específicamente al Decreto Supremo Nº 1842 de 18 de diciembre de 2013, Ley de servicio financiero y reglamentos, que incita a ampliar la cartera crediticia productiva hacia diferentes sectores, siendo Santa Cruz el departamento que más participación tiene en ese tipo de créditos, seguido de La Paz y Cochabamba.
“La gran mayoría de los créditos al sector productivo son con pagos semestrales y anuales, por lo tanto, la mora se da medio año después de otorgado el crédito.Usualmente en caso de mora se reprograma, pues muchas veces se justifican la falta de pago por factores externos avalados. El sector manufacturero es quien mayormente demanda más créditos productivos, así como el de construcción, agricultura y ganadería, turismo, minerales, extracción de petróleo, producción y distribución de gas, y producción intelectual”, amplía Añez.

Factores añadidos
Velasco agrega que el incremento en la mora en este año se debe a algunos factores que deben ser tomados en cuenta, el primero es que se siente una desaceleración en la economía y, a consecuencia de esto, las personas y empresas están recibiendo menores ingresos de los que proyectaron y empiezan a enfrentar dificultades para cumplir sus obligaciones financieras.
“Otro factor que está marcando esta tendencia es la cartera otorgada al sector de las pequeñas y medianas empresas o Pymes, que han dejado de ser sujetas de crédito debido a la normativa que las obliga a formalizar sus estados financieros ante el Servicio de Impuestos Nacionales y que han tomado la decisión de salir del circuito bancario”, complementa.
A estos criterios, se añade el de Añez, quien observa que el desafío de los bancos es alcanzar la meta del 60% de cartera productiva y de vivienda social, lo que equivale a $us 11.000 millones y para alcanzar esa meta hasta fin de año, el crédito productivo total tendría que crecer en más del 100%, lo que podría provocar la precipitación del sistema. “Ante esto, los bancos que no puedan cumplir ya están pensando en cómo financiar las sanciones, además la colocación de créditos no guarda relación con el crecimiento de depósitos”, agrega el economista.
En criterio de Velasco, si bien ahora la banca tiene una mayor solidez, se debería cuidar que estos índices de mora y cartera reprogramada no vuelvan a niveles pasados y para ello es sano diversificar riesgos y no concentrar cartera sólo en sectores como el productivo.
“No olvidemos que las empresas productivas en una crisis tienen menor juego de cintura que las empresas comerciales y de servicios, ya que sus niveles en capital de inversión son significativamente mayores”, aconseja Velasco al agregar que la banca debe responder cuál es el límite aceptable de morosidad, tomando en cuenta los créditos impagos, el volumen de cartera concedida y su nivel patrimonial.

 

Índice de mora

En términos de índice, es decir la relación entre la cartera en mora y el total de la cartera destinada a un sector, se observa que los índices son reducidos, aunque en algunos casos su aumento ha sido más notorio, lo cual se vincula con el reducido crecimiento de la cartera en ciertos sectores, más que con el aumento del volumen de cartera en mora.
En ese entendido, a marzo de 2018, la cartera destinada al sector productivo registró 1,2%, la cartera comercial 2,7%, servicios 2,5%, vivienda de interés social 1,2%, el resto de vivienda 1,4% y la cartera destinad al consumo 2,2%. En todos los casos, comparando con el cierre de 2017 y años anteriores, se aprecia que el indicador presenta leve incremento.

Fuente: Asoban, mayo de 2018

 

Ciro Añez, Abogado de Litigios, Asesor Legal y Consultor Jurídico de Empresas:
“Cuando se está frente a un alza en la mora, es importante evaluar si la cartera de créditos y los depósitos se están estancando, lo cual es probable. Asimismo, amerita que los economistas puedan analizar cómo se encuentra la liquidez en el sistema de intermediación financiera, si está sufriendo alguna contracción”.

 

Jorge Velasco, ex presidente de negocios de banco Bisa:
“Las lecciones aprendidas hicieron que la banca diversificara su portafolio de cartera, reforzando e implementando departamentos de riesgo crediticio, se definieron directrices y tecnologías crediticias más conservadoras basadas en el análisis del flujo de caja; se han constituido mayores niveles de previsión para la cartera crediticia y se han tomado otras medidas que han permitido hoy en día tener una banca más profesional y con una cartera de mayor calidad”.

Monica Briançon Messinger

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