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Vivir en altas temperaturas y producir biocombustibles

Bolivia posee una gran diversidad de recursos genéticos y ambientales para futuros y continuos estudios de producción de biocombustibles, es muy importante que se desarrollen investigaciones permanentes en este campo que puede traer beneficios para el país.

Por: Cecilia González P, M.Sc.

Imágenes: Cortesía de la autora

Si alguna vez ha ido a disfrutar de las aguas termales que tenemos en el país, quizás coincida conmigo de que, es agradable entrar en esa temperatura tan elevada por un tiempo determinado. Sin embargo, pocos querrían vivir constantemente en un medio acuoso y con temperaturas que se vuelven molestas luego de un momento de relajación.

Pues existe un grupo de microorganismos, conocidos como termófilos, que viven a más de 3800 m de altura, en reservorios acuosos con temperaturas arriba de los 45 °C e incluso, arriba de los 85° C. Estos reservorios pueden ser aguas termales, fumarolas, géiseres y hasta volcanes.

Los termófilos, para poder vivir a estas altas temperaturas, adaptan las proteínas que poseen y producen enzimas que degradan de manera eficiente residuos de lignina (materia vegetal), pudiendo producir un subproducto que puede ser utilizado como biocombustible. Recordemos que las enzimas, son moléculas orgánicas que aceleran la velocidad de alguna reacción. Cada enzima se produce para una función específica y en este caso, se producen exclusivamente para degradar la materia orgánica vegetal y logran como resultado, obtener compuestos que pueden ser utilizados para generar etanol, y finalmente este ser usado como biocombustible.

Lo mencionamos en una anterior oportunidad. Bolivia posee una gran diversidad de recursos genéticos y ambientales para futuros y continuos estudios de producción de biocombustibles. Lamentablemente, muchos de estos estudios, quedan ignorados y el potencial de lo investigado pasa al olvido.

 

EL RETO DE ENTENDER A LAS TERMÓFILAS

Para el Segundo Congreso Internacional de Biotecnología - Bolivia Innova, se invitó y motivó a jóvenes estudiantes del equipo iGEM Bolivia, a presentar pósters científicos. El equipo iGEM Bolivia, busca llegar a la competencia internacional de máquinas de ingeniería genética, que se lleva a cabo cada año y donde participan equipos de más de 50 países.

Pero además de prepararse para la competencia, los estudiantes buscan desarrollar otras habilidades y participar activamente en un Congreso, es algo que muchos no hacen en sus años de estudiantes.

Por esta razón, un grupo conformado por Lyciel Paulas, Pablo Alfaro (a quienes ya presentamos en el número anterior de LIBRE EMPRESA), Adriana Calvo y Dulce Claure, se dedicaron a revisar qué estudios hay en Bolivia sobre bacterias termófilas. Encontraron 3 tesis de grado y 4 artículos científicos, en los que se menciona que se lograron aislar, de múltiples reservorios de aguas termales en Potosí, tres consorcios termófilos, una cepa bacteriana termófila (Caloramator boliviensis 45BT) y tres cepas de hongos termotolerantes. Todos estos con potencial de generar biocombustibles, algunos mejor que otros.

Lyciel y Pablo son estudiantes de biología en Cochabamba y fueron los encargados de compartir con Adriana y Dulce, la información sobre estos microorganismos, para que pudieran desarrollar el contenido y presentación del póster. Adriana vive en Sucre y estudia las carreras de ingeniería de sistemas e industrial. Dulce está aún terminando el colegio en la ciudad de Tarija. ¿Cómo se unieron al equipo iGEM Bolivia y a preparar el póster?

Ambas tienen como punto común su participación en Clubes de Ciencia, ambas son apasionadas de la ciencia y tecnología. Por ello, no fue extraño que terminaran participando en este proyecto. Adriana ya había escuchado de obtener biocombustibles a partir de actividad microbiana y Dulce tenía curiosidad de saber qué era un póster científico.

El primer reto, fue la lectura de los artículos y entender todos los términos y metodología que utilizaron para identificar estos microorganismos y el proceso de un bioreactor. Son temas que Dulce no llevó en colegio aún y destaca que lamentablemente, a nivel colegio, hay poco incentivo en el campo científico. Son iniciativas como en las que participa, las que le permiten un contacto más cercano con la ciencia y como menciona: “no ve la hora de poder ir al laboratorio con el equipo iGEM para empezar la parte experimental”.

 

LA PRESENTACIÓN DE CALORAMATOR SP.

Adriana comenta que lo que más disfrutó de este proyecto, fue aprender sobre la bacteria termófila, Caloramator boliviensis, que además es la que más etanol producía bajo ciertos procesos comparada con los otros microorganismos termófilos. Para muchos pasa desapercibido lo que tenemos y lo que nuestros investigadores hacen. Aprender todo esto, es una inspiración para ella, “para continuar haciendo investigación y divulgar estos resultados”.

La persona que presentó el póster en el Congreso fue Adriana, y si bien la mayoría no se dio cuenta, ella confiesa que estaba nerviosa, ya que era consciente de que lo aprendido no era suficiente para responder preguntas más técnicas. Sin embargo, se sintió respaldada en el grupo multidisciplinario con el que trabajó y que la apoyaron en su exposición.

Dulce también reconoce que quedó sorprendida con estos microorganismos y encontró que en Bolivia hay doctores y masters en ciencia que realizan investigación. Observa al respecto “si se encontró una bacteria como Caloramator boliviensis en una pequeña parte del país, como es el norte de Potosí, imagino qué más podríamos encontrar en otros lugares de Bolivia”.

Respecto a participar en un Congreso científico, Dulce reconoce que fue una experiencia que la motiva y ahora está un poco dividida “pues si no estudia neurociencia, es posible que elija biotecnología”.

Un proyecto sencillo, muestra que es factible trabajar de manera colaborativa entre distintas disciplinas y descubrir el potencial que tiene el país. Poseemos una gran diversidad de recursos genéticos y ambientales. Son mujeres jóvenes y motivadas en ciencia, como Adriana y Dulce, que desean visibilizar el potencial para realizar más investigación y con la ayuda de estos termófilos, poder eventualmente generar energía renovable.

Cecilia González P. es Biotecnóloga, tiene una especialidad en Gestión de la Biodiversidad en Alemania  y una Maestría en Ciencias, con especialización en Biología y Sociedad en la Universidad Estatal de Arizona en los Estados Unidos. Fue allí donde pudo investigar el campo sobre cultivos modificados genéticamente y comprender los beneficios que se derivan de los mismos, bajo un adecuado análisis previo y gestión de riesgos.

 

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