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El vino durante los largos días de cuarentena

“El vino es la más saludable e higiénica de las bebidas”. Louis Pasteur

 

Texto y fotos: Jorge Rubín de Celis

La insospechada e impredecible época de pandemia que actualmente envuelve al mundo entero, nos ha llevado a aislarnos en nuestros hogares, por períodos prolongados jamás antes vistos ni vividos seguramente, por ninguno de nosotros.

Días largos, de mucho pensar sobre el futuro de nuestras vidas, negocios, ocupaciones, proyectos y todo lo relacionado con ese día a día que tuvo que cambiar tanto y tan pronto. Nos vimos obligados a informarnos mucho sobre lo que pasa, a cumplir con nuestro trabajo de manera remota y a hacer todo solos, buscando dentro de nosotros mismos, momentos de lucidez, inspiración y compañía. Pues bien, parte de esa compañía infaltable desde que la civilización tiene memoria, es el vino.

Y durante estas largas jornadas de trabajo, los vinos blancos y rosados han adquirido un protagonismo tal vez insospechado para esta parte del mundo, donde la mayoría de las personas que creen ser expertas en el consumo de esta mágica bebida, privilegian el consumo del tinto

El vino blanco y rosado, tiene la cualidad de ser lo suficientemente liviano y poco empalagoso, como para estar presente durante todo el día. Por la mañana, podemos arrancar con el famoso y más conocido y emblemático de los vinos, el espumante o sparkling.  Este vino, que normalmente es blanco y/o rosado, tiene diferentes grados de acidez y de dulzor. El más recomendado por ser seco pero con un final de boca dulce, es el famoso espumante rosado de Alma Negra, ideal para estar presente desde el desayuno.

Y para los almuerzos, el ideal es un buen vino rosado, ya que el mismo es capaz de acompañar desde una liviana comida oriental, hasta el más atrevido plato típico tan común en estas lindas tierras donde vivimos. Hay un rosado que es mi favorito para estas ocasiones, mezcla de la elegante y liviana uva Pinot Noir, con la uva Malbec tan reconocida en el sur de nuestro continente. Este vino, es el famoso ROSE Goes Pink, de la Bodega Lagarde.

Finalmente, para las largas tardes de sobremesa, de desarrollo de trabajo intelectual, de compartir con la familia y de soñar con soluciones, proyectos y futuro, está el fantástico vino blanco torrontés. Según mi experiencia, el mejor de todos, es el de la bodega El Porvenir, de Cafayate. Seco, con un dulzor en nariz y con un sabor en boca de tonos cítricos difíciles de confundir.

Entrar al mundo de los blancos y rosados, puede ser algo sorprendente e infinito, sólo tienen que dejarse llevar y elegir vinos de alta gama que les aseguren la conexión mágica con momentos únicos, inolvidables e irrepetibles.

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