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Sabsa apuesta por reflotar su economía y sus servicios

El nuevo gerente general de la «nacionalizada», Roberto Cortez, se ha trazado un plan imperioso para revertir la situación de crisis.

Aun cuando las cifras no cuadran y el total resulta en rojo, el flamante gerente general de Sabsa (Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A.), Roberto Carlos Cortez Sánchez, ha decidido enfundarse el overol y sanearla urgente a fin de devolverle calidad y prestigio a sus servicios.

«Considerando las circunstancias económicas en las que ha quedado Sabsa, el primer objetivo es estabilizarla y sembrar las bases para dejarla ordenada y saneada», señala en exclusiva a Libre Empresa.

Cortez Sánchez, de 39 años, se ha convertido así en uno de los primeros directivos jóvenes que se atreve a colocar el dedo en la llaga de Sabsa, una de las empresas «nacionalizadas» por el anterior gobierno, cuya economía está en entredicho, según las primeras averiguaciones.

La tarea no va ser nada fácil porque, por ejemplo, los balances iniciales arrojaron un incremento inusitado de personal, sobre todo en el área administrativa, ya que hasta antes de la nacionalización de Sabsa (2012) la planilla registraba 415 empleados. Pero, extrañamente, hasta octubre de 2019, el personal se disparó a 858 trabajadores. En costes, la planilla pasó de 53,1 millones de bolivianos anuales a 124,9 millones, es decir, aumentó 124%.

“Sin duda la estructura de Sabsa es grande, sin embargo, eso no justifica que ahora haya demasiada gente, principalmente administrativa. En lo operativo, no obstante, la empresa mantiene su fortaleza”, afirma el gerente entre una y otra llamada que ingresa a cada rato dadas las urgencias de arreglar las cosas en varios frentes.

Oriundo de La Paz, Cortez Sánchez asumió este reto avalado por su experiencia como jefe administrativo en la misma Sabsa, gerente de operaciones en el aeropuerto internacional de El Alto y gerente de operaciones en la línea aérea Amaszonas.

 

Revertir la situación

¿Cuál será su estrategia para reflotar Sabsa? Convencido que «siempre es posible mejorar», su plan está sustentado en tres pilares fundamentales:

1) Devolverle la salud económica a la empresa asumiendo que a noviembre de 2019 tuvo una pérdida de al menos 16,5 millones de bolivianos. «Hay indicios de malos manejos, ante lo cual hemos iniciado auditorías a fin de verificar y establecer responsabilidades», señala.

2) Transparentar los estados financieros. En criterio de Cortez Sánchez «hubo manipulación política» en Sabsa, ya que en una investigación preliminar se descubrió que —sólo entre febrero y octubre de 2019— 70 personas fueron contratadas sin justificación alguna. Lo más llamativo es que entre este nuevo personal figuraban familiares de autoridades del gobierno anterior y de altos ejecutivos de Sabsa. Estas contrataciones significaron un gasto adicional de 500 mil bolivianos en la planilla, puesto que los salarios oscilaban entre 4.000 y 10.000 bolivianos, según un informe del Ministerio de Obras Públicas.

«Hijos de ministros y exministros, ahijados, familia política de personas relacionadas al régimen de Evo Morales ingresaron a trabajar a Sabsa», reveló Roberto Carlos.

3.- Asegurar la calidad del servicio. «Esto implica mejorar los estándares de seguridad con una buena capacidad operativa, lo que a su vez implica cumplir con riguridad las normas internacionales», expresa el también administrador de empresas.

 

Falsa nacionalización

De los 42 aeropuertos y aeródromos que existen en el país, tres son administrados por Sabsa: aeropuerto internacional Jorge Wilstermann (Cochabamba), aeropuerto internacional de El Alto y Viru Viru (Santa Cruz).

«Bolivia pagó 160 millones de bolivianos por 66.374 acciones de Sabsa luego de un arbitraje con la empresa española Abertis (2013). Es decir, asumió todos sus pasivos, sin embargo, no compró tres acciones con un valor de 100 bolivianos cada una, lo que evitó que la empresa sea nacionalizada», explicó el gerente a tiempo de añadir que este procedimiento aparentemente fue realizado para mantenerla en condición de empresa privada, con lo cual se evitaría que fuera fiscalizada tal como se lo hace con toda empresa estatal.

De esta situación es que se desprende una serie de circunstancias para haber caído económicamente, a lo cual se suman el incremento de los costos de mantenimiento, la ejecución de proyectos inadecuados, contrataciones directas y crecimiento desmedido de personal, caracterizado por la contratación de familiares y allegados del exministro de Hidrocarburos del MAS y exgerente de Sabsa, Milton Claros.

Con todo y con la fe decidida en Dios, Roberto Carlos Cortez Sánchez confía en que este 2020 será una gestión mejor que la anterior.

«Va ser un año positivo para el país, con un nuevo Gobierno elegido democráticamente. Solo pido que Dios ilumine a nuestros gobernantes para que le den a Bolivia y a todos los ciudadanos mejores días», concluye.

 

Perfil

Nombre: Roberto Carlos Cortez Sánchez.

Nacimiento: La Paz, 17 febrero 1980.

Carreras: graduado en administración de empresas, experto en control financiero y especialista en desarrollo comercial de aeropuertos.

Experiencia: siete años en administración de aeropuertos y líneas aéreas.

Padres: Manuel Cortez y Gabriela Sánchez.

Hijos: Gabriel, de 13 años; y Mariel, de 11.

Equipo: Bolívar

Autor preferido: Gabriel García Márquez

Libros que le inspiran: Cien años de soledad, El Arte de la guerra

Plato favorito: «Soy omnívoro…como de todo», confiesa.

Redacción Libre Empresa

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