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COCHABAMBA, ¿HACIA DONDE SE DIRIGE?

Cuando uno evoca el pasado, época anterior a la década del setenta, y piensa en la cualidad productiva de Cochabamba, sin dudar viene a la mente esa característica que todos señalaban, es el granero de Bolivia, queriendo manifestar con esta expresión que este hermoso valle era la despensa que proveía de alimentos a todo el país.

Si uno piensa en Santa Cruz en esa etapa, recuerda a esa hermosa región de Bolivia con un potencial económico enorme, pero con deficiencias de infraestructura y vertebración. En ese momento el liderazgo económico estaba en el departamento de La Paz.

En tres décadas la situación cambió sustancialmente, revisando la información que proporciona el INE para el eje central del país, compuesto por los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba observamos que hay un cambio significativo en la estructura productiva de estas regiones, La Paz en los últimos veinte años empieza a disminuir su participación en el PIB nacional (análisis a valores constantes) y emerge Santa Cruz, tendiendo a posicionarse como el  motor económico del país, es bueno citar que en los años 2018 y 2019 La Paz muestra una subida importante acercándose a Santa Cruz, Cochabamba si bien mantiene su contribución en un tercer lugar, en términos relativos su participación disminuye significativamente.

Es importante anotar que para los fines que persigue este artículo, no tomaremos en cuenta a la evolución y características del PIB de La Paz, queremos mostrar como Cochabamba tiende a perder esa cualidad agrícola que la caracterizó  en el pasado, y que esta se traslada a Santa Cruz con los beneficios adicionales que supone este cambio para esa región.

También es bueno señalar que si bien tomamos dos extremos del tiempo en el análisis, la observación de la información en los periodos intermedios, y los promedios en ese horizonte del tiempo, muestran comportamientos parecidos y tendencias similares, efectuamos esa revisión con el fin de no emitir interpretaciones sesgadas, y evitar un excesivo análisis estadístico.

Analizando algunos aspectos del PIB de los departamentos de nuestro interés se observa que el año   1989 el PIB de Santa Cruz era superior al de Cochabamba en un 38 por ciento, el año  2019  esa diferencia se amplia, el PIB cruceño es el doble (1). El sector agrícola y pecuario en 1989 Santa Cruz contribuía con un 18 por ciento más que Cochabamba, para 2019 esa contribución es tres veces más, una diferencia sustancial.

Algo parecido ocurre en el sector manufacturero, Santa Cruz en 1989 aporta al PIB un  11 por ciento más que Cochabamba, el 2019 contribuye con el doble, sin duda son diferencias significativas que muestran el crecimiento de esta rama de la actividad económica de este departamento y el estancamiento de Cochabamba.

Comparando la estructura económica de estos departamentos, el sector productivo de las dos regiones en 1988 tenían una contribución similar en sus regiones con el 53 por ciento, el resto de las actividades correspondían al sector terciario, para el 2019 los mismos sectores aportan a sus regiones con un 60 por ciento en Santa Cruz y Cochabamba con el 45 por ciento, esto es un indicador en este último departamento de que las actividades de servicio tienden a crecer en desmedro de aquellas que generan valor agregado en la economía, lo inverso ocurre en Santa Cruz, la actividad transformadora se amplía con los beneficios que eso supone en términos de agregar valor y generar empleo.

En lo concerniente al sector servicios en los periodos analizados ambos departamentos crecen relativamente en proporciones casi similares, pero considerando que el crecimiento de los sectores productivos de estos departamentos no es el mismo, es posible señalar que en Cochabamba hay un aumento significativo de la actividad terciaria, esta terciarizacion parece ser la consecuencia de la disminución de la actividad productiva. En el caso de Santa Cruz, el crecimiento responde a la mayor actividad del sector secundario de su economía, que se generó en esta región en los últimos años.

Finalmente al observar las tasas de crecimiento promedio del PIB de estas regiones las diferencias son significativas, veamos, 5 por ciento en Santa Cruz y 3.5 para Cochabamba en promedio en el periodo que analizamos, el año 2019 crecieron al 4 y 2 por ciento respectivamente.

¿ Qué ocurrió?, la información del INE permite observar que en Cochabamba, esa vocación agrícola a la que hicimos referencia en el inicio se fue perdiendo, tomando este lugar Santa Cruz, aspectos como el minifundio, el escaso apoyo institucional local y nacional, constituyeron causales, entre otros, para este deterioro. Lo inverso ocurrió en la región cruceña, desde el inicio de los años setenta los distintos gobiernos asignaron una especial atención a este departamento, a lo que se sumó el apoyo  que otorgaron sus entidades regionales al sector productivo, el resultado es el que hoy observamos.

Sin duda es una caída dramática, si bien en valores constantes hay un incremento en la actividad agropecuaria, actualmente solo aporta un 12 por ciento al PIB regional, treinta años atrás su contribución era el doble, la actividad agrícola es la que más se deteriora, la pecuaria muestra una mejor performance, esta disminución es sustituida con el crecimiento de las actividades terciarias presentes en la economía regional.

En el sector manufacturero ocurre algo similar, no con la gravedad de la agropecuaria, pero hay un estancamiento en la manufactura de alimentos, en 1989 contribuye con  el 5 por ciento al PIB regional, treinta años después esta participación es del 6 por ciento, que es compensada con una cierta mejora en los subsector de bebidas y minerales no metálicos (suben de 4 al 6 por ciento como aporte PIB departamental).

Ante un escenario como el descrito, urge que las instituciones encargadas del desarrollo regional elaboren diagnósticos y planes que respondan a las necesidades reales del sector productivo y de servicios de la región, es necesario revertir la situación del campo para evitar la migración a la ciudad, donde tampoco existe muchas oportunidades  y  demanda de empleo, el que existe, es en buena parte precario e informal. Cochabamba tiene todos los pisos ecológicos para incentivar una agricultura de tipo intensivo,

Identificar clústeres y cadenas productivas debe ser una prioridad, de esa manera se puede generar valor agregado y empleo productivo, se debe aprovechar su excelente ubicación geográfica ampliando y mejorando su vertebración, facilitando su vinculación con el oriente y occidente, y llegar con eficiencia a estos mercados.

Como los recursos son escasos, en el área de servicios es necesario priorizar las actividades que aportan al empleo, solo para citar podemos mencionar algunas como el turismo, empresas productoras de software,  comunicaciones y otras, su verdadera importancia emergerá de un diagnóstico adecuado.

Si no queremos ver en el futuro una actividad agrícola más deteriorada, manufactura con escaso valor agregado y un  sector terciario hipertrofiado, es urgente y necesario tomar en serio la elaboración de un plan regional de desarrollo que contemple varios de los aspectos enunciados, la responsabilidad primaria es de las instancias regionales, y debe ser complementada por el apoyo del Gobierno central y los actores del sector privado, solo así podremos superar las dificultades existentes.

De lo contrario, Cochabamba tendrá  un crecimiento desordenado y amorfo, y ese sería el destino al que se dirige, lo que no se debe permitir.

(1)El INE no publicó información del PIB 2020

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