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Osvaldo Walter Gutiérrez Andrade

Luces y sombras de la evolución de los salarios en Bolivia

El Salario Mínimo Nacional subió de $us 54 en 2005 a $us 295 en 2018 y se ubicó entre los de mayor tasa de crecimiento de la región: 368%. Ha tenido un ascenso importante durante los últimos trece años, debido a la política salarial adoptada.

La relación del ingreso de los sectores laborales es uno de los principales elementos para la economía de un país. Por ello, las políticas salariales se convierten en un eje central en el debate económico.

El salario mínimo nacional. En Bolivia, el sueldo mínimo se denomina “Salario Mínimo Nacional”. Sólo el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia regulariza y dispone los aumentos. En la actualidad, 2019, después de haber ocupado durante varias décadas el último puesto en la región, comparado con el de otros 20 países de América Latina, el Salario Mínimo Nacional (SMN) de Bs 2.060 (casi $us 300) es el octavo más alto. En Bolivia, el sueldo más bajo es similar al de Argentina (fluctúa en $us 300) y mayor al de Perú ($us 277) y de Brasil ($us 268). En tanto, el salario mínimo en otros dos países vecinos es superior, en Chile asciende a $us 422; y en Paraguay, a $us 354.

Según Castellón (2019), el SMN se elevó de manera constante desde el 2005 hasta el 2018. Creció de Bs 440 en 2005 a Bs 2.060 en 2018. De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, el SMN subió de $us 54 en 2005 a $us 295 en 2018 y se ubicó entre los de mayor tasa de crecimiento de la región: 368%. En Bolivia, el SMN ha tenido un ascenso importante durante los últimos trece años debido a la política salarial adoptada. 

El incremento del SMN está sujeto a la inflación en el período precedente, así como a la variación del PIB. La inflación en Bolivia ha sido una de las más bajas en América Latina en los últimos 30 años y el PIB nacional ha tenido un comportamiento regular positivo en los últimos 10 años (un crecimiento por encima de 4% en los últimos 8 años). Esta situación deja ver que la Política Monetaria en nuestro país, ha sido desde 1987 eficiente en el control del IPC y la Política Económica ha sido útil para la estabilidad económica de Bolivia. Sectores gubernamentales indican que esta situación es una base importante del bienestar colectivo, especialmente de la clase obrera asalariada.

El aumento del SMN, según el Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (CNEB), se ha convertido en los últimos años un proceso racional, pues en pasados años existió una expansión significativa del SMN sólo con decretos. Para el CNEB, el incremento del SMN tiene que ser respaldado por la mayor producción. El sector privado ha criticado esta política argumentando que la empresa privada ha sido afectada negativamente en su competitividad, hecho que fue desestimado por el Servicio Nacional de Impuestos, que mostró la continuidad en el incremento de las ganancias del sector privado.

Sin embargo, según la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), en el país la población asalariada es muy reducida. Existen cálculos que indican que los trabajadores que dependen del salario no pasan del 20% de la población ocupada, es decir el impacto positivo del crecimiento del SMN, es muy moderado. La CEPB, señala en este contexto, que la subida del SMN genera dificultades para las PyMES, que son la mayoría de las empresas del país, particularmente en las regiones fuera del eje central. 

Se afirma que los costos en subida en materia laboral, más los costos de transacción en materia tributaria, han limitado también la inversión, el crecimiento y la formalidad. En tanto, la Cámara Nacional de Comercio señala que la tendencia alcista en los incrementos salariales ha desembocado en un país en el que los niveles de producción, y por lo tanto la productividad, no están vinculados a los niveles salariales que se tienen que pagar. Las políticas salariales se aplican sólo al sector formal y quienes deciden emprender un negocio, generalmente lo hacen en el sector informal, ya que los costos laborales son, en la gran mayoría de los sectores, el ítem más importante.

Salario medio nominal y salario medio real en el sector público (2008-2016). Según Gosalvez (2019), el salario medio nominal en el sector público de Bolivia se ha duplicado en la década de referencia. A su vez, señala que, si atendemos al salario medio real, que es el verdaderamente importante, pues tiene en cuenta el poder adquisitivo al estar ajustado por la inflación, se observa que el salario medio real también experimenta una importante subida en este periodo, pasando de Bs 900 en 2008 a Bs 1.300 en el año 2016. Según este autor, este dato aporta el importante incremento del poder adquisitivo que han tenido los trabajadores del sector público en esa década.

La Fundación Milenio (2017), disiente de este análisis y afirma que, en términos nominales, los incrementos salariales fueron continuos desde el año 2007, con tasas superiores al 3,4% para el sector público, y con un promedio de 5,3% entre los años 2006 y 2016. Ahora bien, en ese mismo período, los salarios, medidos en términos reales, tuvieron una trayectoria decreciente. De hecho-señala la Fundación Milenio- el salario real, en promedio, se contrajo en 0,6%. De donde resulta que la remuneración en el sector público, en términos reales, no sólo que no se incrementó durante 11 años sino que, al contrario, sufrió una pérdida de poder adquisitivo.

Salario medio nominal y salario medio real en el sector privado (2008-2017). Según Gosalvez (2019), aunque el incremento no ha sido tan espectacular como el ocurrido en el sector público (hay que tener en cuenta que parten de niveles más altos), los trabajadores del sector privado también han visto incrementar su salario en la última década. En términos nominales, el salario medio nominal del sector privado ha pasado de Bs 2.565 a Bs 4.602. Por su parte, teniendo en cuenta el costo de vida, el salario medio real en el sector privado se ha incrementado desde los Bs 1.293 hasta los Bs1.608, incrementándose significativamente el poder adquisitivo de los trabajadores del sector privado.

En este caso, también la Fundación Milenio (2017) disiente de la versión anterior y señala que el comportamiento salarial en el sector privado ha mostrado trayectorias divergentes en términos nominales y reales. Indica que el escalamiento nominal hasta el año 2016 ha sido considerable, sobre todo en el año 2011 cuando el incremento salarial fue un 17,7% más que en el año 2010. Sin embargo, en términos reales la tasa promedio de aumento salarial fue de apenas 0,1% entre 2006 y 2016. Por cierto, esto muestra una mejor situación salarial en el sector privado que en el público.

Al margen de estas discordancias, queda claro que la política salarial actual quiere beneficiar a los asalariados formales y mejorar su calidad de vida; sin embargo, el problema es que el comportamiento futuro de la economía de Bolivia, pueda permitir esta situación.

Osvaldo Walter Gutiérrez Andrade

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