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Inflación

Inflación y la reposición salarial

El dinero y la política monetaria asociada al manejo de las tasas de interés sintetizan la “sangre” en proporcionalidad inversa que debe circular en la economía, equilibrando la expansión de corto y largo plazo, señala el autor del presente artículo.

La inflación, enfocada como un alza generalizada de los precios, considerando una canasta básica en sus contingencias de acuerdo al estilo de vida, nos permite entender el manejo de la política monetaria destinada a ponderar la estabilidad de precios y una posible expansión intersectorial. Es decir, a mayor masa monetaria o dinero en circulación que genere exceso de demanda sin respuesta oportuna del aparato productivo, aumenta la especulación en la variable precios.

Inscribamos los conceptos de modelo y crecimiento de la economía a través de la aplicación de políticas económicas, particularmente en el campo monetario, escudriñando la diversificación, promoviendo el aprovechamiento de las ventajas diferenciales de pisos ecológicos y la diversidad cultural, asociando la satisfacción de la demanda interna con proyección de la exportación industrial en el marco de una economía de inyección.

Las familias satisfacen sus necesidades en función del salario, que por las interacciones de la oferta y la demanda generan las fluctuaciones en los precios. La inflación galopante y longitudinal producto de la improvisación provoca disminución del poder adquisitivo y la riqueza en una economía.

El índice de precios al consumidor consolidado en una gestión, acotado en la variación positiva acumulada de 12 meses (caso contrario deflación), constituye el indicador de referencia para el ajuste o reposición salarial que haga efecto compensación para la economía doméstica. Enfocando analogía, la temperatura de la economía se denomina inflación y la misma tiene relación con la masa y velocidad del dinero que interactué en función de un consumo racional dinamizador de la inversión planificada y enmarcada en la prudencia ligada a la educación financiera.

En consecuencia, la inflación puede ser explicada por la perspectiva del modelo económico destinado a expandir la economía, considerando la cuantía de dinero que circula relacionado con la racionalidad y la planificación del consumo, ahorro e inversión de las familias, sector privado y gobierno.

El dinero y la política monetaria asociada al manejo de las tasas de interés sintetizan la “sangre” en proporcionalidad inversa que debe circular en la economía, equilibrando la expansión de corto y largo plazo. El exceso de dinero, consumismo e incapacidad de respuesta de la oferta provocan inflación acompañada de la pérdida del poder adquisitivo del salario y riqueza de una sociedad que, cuando no existe capacidad de ajuste rápido y reposición salarial adecuada, entra en rendimientos decrecientes, desaceleración y depresión. Acompañada de la psicosis social, sintetizan la posibilidad de ingobernabilidad, además de generar restricciones estructurales de organización e institucionalidad, relevando el argumento del reconocido economista y profesor universitario, José Eduardo Mansilla Pereira, quien expresó: “Una familia y/o sociedad pobre endeudada por los dogmas y la alienación en su estilo de vida, en el largo plazo, es una familia o sociedad con menores oportunidades y condenada a la dependencia histórica”.

La demanda interna, externa y oferta tienen que estar en constante equilibrio, referenciando las fluctuaciones de velocidad y, por ende, su aceleración vinculada a ubicar la economía en una inflación o temperatura que no pase de un dígito, promoviendo economías de escala cimentadas en fuertes inversiones en educación resumidas en ciencia y desarrollo (invención e innovación).

En el marco del modelo neoliberal y pos neoliberal de economía plural, el promedio de crecimiento Alfredodel PIB en la economía boliviana, es de aproximadamente 3,8% (1989 – 2012), relevando la elasticidad de Okun, en cuya interpretación, por cada 1% de incremento del ingreso geográfico, la pobreza disminuye en 0,0476%, indicador que tiene que reflexionarse.

La temperatura de la economía (inflación o deflación) tiene que asociar respaldo productivo a fin de evitar desigualdades y pobreza en una sociedad segmentada, destacando que la reposición salarial histórica se ubicó por encima de las tasas de inflación, destacando el bajo salario mínimo nacional proveniente de un ingreso per cápita creciente con sesgo, aunque con disminución longitudinal del índice de Gini, los indicadores de pobreza y desempleo, relativamente contradictorios en cuanto al análisis de la Curva de Phillips.

Finalmente, las balanzas comerciales y de pagos deficitarias, demuestran una inadecuada aplicación de fondos en el corto plazo, promoviendo el análisis de la economía sumergida, recordando que en la gestión de proyectos, no existe factibilidad sin viabilidad. El dinero mal aplicado genera inflación y endeudamiento público irracional que limita acceso a oportunidades de desarrollo para las generaciones venideras.

 

El autor es:
Especialista en Gestión y Evaluación de Proyectos.
Candidato a Doctor en Ciencias Humanas e Internacionales, mención en Economía.

Alfredo E. Mansilla Heredia, Mgr.

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