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Libre Empresa en Viña y Valpo, dos destinos espectaculares

Graffitis multicolores, lindas playas y buena gastronomía se conjugan en dos ciudades casi hermanas. Cada una con una oferta distinta que atrae a los visitantes y los involucra en paseos, descansos y recorridos que luego llenarán su memoria de buenos e inolvidables momentos. Libre Empresa estuvo allí.

Playa, jardines y buena comida se dan cita en Viña del Mar, considerada como la capital turística de Chile, y también llamada Ciudad Jardín.

Atrae por sus parques llenos de verdor, calles amplias y bien cuidadas, además de limpias en extremo. Casi en cada bocacalle es posible ver macetas con flores que cuelgan de los postes de luz, lo que le da un toque inigualable.

Pero no son sólo sus jardines los que atraen, sino, por supuesto, sus playas. Tiene alrededor de 13 muy conocidas y entre ellas la más sofisticada es Reñaca, lugar de veraneo de las familias burguesas de Santiago.

Pero hay otras como Acapulco donde la arena es fina y el oleaje tranquilo, por lo que es posible nadar a brazo suelto, aunque, eso sí, el agua es fría, a momentos helada, algo muy característico del Océano Pacífico.

Valpo, como es conocido Valparaíso, es otra cosa. No da para ir a nadar, pero sí para ir a perderse entre sus callecitas y admirar el arte callejero que puebla las paredes de las casas arrimadas en sus cerros. Los más populares son el Cerro Alegre y el Concepción, famosos porque tienen teleféricos a cremallera, que suben y bajan por sus laderas.

 

La llegada

Viña está a 120 Km de Santiago. Se recomienda tomar un bus desde el aeropuerto Arturo Merino Benítez, que sale directamente de la terminal, en lugar de entrar a la ciudad. Así se evita el caos citadino.

El trayecto es cómodo y veloz si se recorre en un día alejado de los feriados o fechas importantes, de otra manera es posible toparte con tacos (como le llaman a las trancaderas) que hacen de la ruta una inmensa y lenta serpiente.

La terminal está en el centro de la ciudad y desde allí es fácil tomar un taxi para ir al alojamiento elegido. Se aconseja hacerlo por medio de la aplicación Uber, debido a que los taxis comunes no son fácilmente ubicables.

La ciudad es amable al igual que su gente. Hay tres avenidas importantes que dividen a la ciudad y corren de norte a sur. La Marítima, la Libertad y la Quillota. Las calles perpendiculares sólo tienen un número y una denominación según la ubicación solar; por ejemplo, está la Calle 9 Poniente, que será diferente a la Calle 9 Oriente.

 

Alojamiento y gastronomía

El visitante puede elegir entre hospedarse en un hotel cinco estrellas, como el Sheraton, y un hotel con casino, o el Hotel del Mar. Sin embargo, una de las opciones más cómodas es arrendar un departamento mediante AirBnB. Allí se encuentra de todo. Lo importante será decidir si se quiere hacer sólo playa o conocer Viña.

Para dedicarse al sol, la playa y el área —y si el presupuesto lo permite—, lo ideal es establecerse cerca de Reñaca. La ciudad es muy pequeñita. Lo que más tiene son restaurantes y bares. Un pequeño supermercado para las compras básicas y varias heladerías, además de la venta de empanadas de mariscos, muy populares en toda la costa central y norte chileno.

Un turista más decidido y aplicado a conocer lugares preferirá estar en la ciudad, que tiene varios centros comerciales grandes, salas de cine, museos y la famosa Quinta Vergara, donde se efectúa el Festival Internacional de la Canción.

Hay numerosísimos restaurantes con comida internacional, étnica, sushi y de todo para elegir. Si se quiere gastar poco, los patios de comidas de los shoppings son una opción inmejorable.

Allí, para no perder de vista que se está visitando a un nuevo país, la mejor opción es comer un sándwich, ya que Chile es considerado como uno de sus paraísos. Con cerca de 98 kilos por persona al año, Chile es el segundo mayor consumidor de pan a nivel mundial luego de Alemania.

Al ordenar, por ejemplo en La Mechada, es mejor tomar en cuenta que un completo es un hot dog, un italiano es un sándwich que viene con carne, palta, tomate y mayonesa, cuyos colores hacen referencia a la bandera italiana. Están también los sándwiches con apellido como los famosos Barros Luco y Barros Jarpa.

En cuanto a restaurantes, La Buena Birra ofrece un menú más que completo para el almuerzo, que incluye sopa, ensalada, plato de fondo, postre y una bebida. Algo común en Bolivia, pero no en Chile, donde habitualmente sólo se ofrece el plato de fondo. El costo al cambio es de Bs 45 (6,46 dólares).

 

La playa

Cualquier sitio que se elija tendrá en común a los voceadores que ofrecen helados, panqueques, dulces, palitas de juguete y sombrillas, tanto para la venta como para alquilar. Es mejor comprar una (sale unos Bs 40; 5,74 dólares) en lugar de rentar, porque hay que dejar una garantía de Bs 25 (3,59 dólares) y el alquiler es de Bs 40 (5,74 dólares).

El horario más aconsejable para ir al mar es después de las tres de la tarde, para evitar las quemaduras solares. A partir de allí uno puede quedarse hasta pasadas las ocho de la noche, inclusive un poco más, porque en verano el ocaso llega entre las 21.00 y las 22.00.

Cada cierto tramo se ha colocado puestos de salvavidas, que vigilan a los bañistas, pues no faltan quienes quieren entrar a nadar, aunque el mar esté picado. Ellos emiten la alerta e inclusive entran al agua para sacar a quienes se encuentren en apuros.

 

Dónde pasear

Viña tiene una onda estilo Miami o Cancún, por lo moderna y limpia. Su famoso festival, que recibe a estrellas internacionales como Ricky Martin o Shakira, la ha puesto en el mapa mundial.

Pero no todo gira alrededor de este evento. La ciudad late a su propio ritmo. Los supermercados abren a partir de las 08.30 y cierran cerca a las 22.00. Los museos tienen horarios muy definidos.

Uno de ellos es el Museo Fonck (el ingreso es gratuito), famoso porque en la entrada tiene a un moai. Se trata, junto con el que se encuentra en el Museo Británico de Londres, de la única figura fuera de la Isla de Pascua. En este caso, fue llevado por la Armada Chilena a mitad del siglo XX y está hace más de 70 años en Viña, a pesar de los continuos esfuerzos de la Comunidad Rapa Nui por recuperarlo.

Otro sitio, por demás emblemático, es el Reloj de Flores, con un mecanismo traído desde Suiza. Hay que tener suerte para encontrarlo vacío y sin turistas que hacen cola para tomarse una foto con este reloj.

Asimismo, se puede dar paseos que muestran el gran valor arquitectónico de Viña que van desde recorridos por museos, palacios y castillos hasta galerías de arte, teatros y parques muy bien cuidados.

 

Valpo

Valparaíso fue elegido por Pablo Neruda porque quería algo lejos del ruido de Santiago, ya que estaba cansado.

Pidió una casa cómoda, lejos de los vecinos, mejor si estos eran “invisibles”, pero cerca de los mercados, ya que sibarita como era, él decidía, junto a la cocinera, qué era lo que se comería y qué se daría de comer a sus invitados, para quienes inventaba menús, de acuerdo con la personalidad de cada quien.

Es así que tuvo su casa de playa, de vacaciones. La llamó La Sebastiana, en honor al arquitecto que la diseñó, Sebastián Collado, quien hizo una edificación en cinco plantas, apta para buenas y fortalecidas rodillas.

El ingreso cuesta alrededor de Bs 70 (10,05 dólares) y el horario de vista es entre marzo a diciembre, de martes a domingo de 10.00 a 18.00, mientras que en enero y febrero cierra una hora después, a las 19.00.

Desde allí uno se da cuenta de lo empinada que está Valparaíso, por ello desde allí se obtiene hermosas vistas de la ciudad y algo del puerto. Justo al salir de la casa-museo hay una feria, con muchas tiendas de artesanías y souvenirs.

Pero no sólo fue Neruda quien la eligió, sino que es sede del Congreso Nacional,​ de la Comandancia en Jefe de la Armada de Chile y de otras instituciones del Estado de carácter nacional como el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, la Subsecretaría de Pesca, los servicios de Aduanas y de Pesca y Acuicultura. Es uno de los puertos con mayor movimiento de Chile y uno de los más importantes del Pacífico Sur.

Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, convirtiéndose en el tercer sitio chileno protegido por el organismo internacional, tras el Parque nacional Rapa Nui y 16 iglesias de Chiloé.​

 

Cerros y restaurantes

Si bien la parte baja de la ciudad es dominada por el movimiento bursátil y mercante, la parte alta está poblada por cerros y casas aladas, sujetas como pueden a sus laderas. Allí viven estudiantes, bohemios y artistas, que dan rienda suelta a su creatividad.

Caminar por allí es como ir por un museo al aire libre, se puede apreciar más de 200 murales, muy coloridos, cargados de imaginación, fantasía, humor e inteligencia. Cada esquina, puerta, pared e inclusive los postes de luz son aptos para ser pintados, diseñados y transformados en un espectáculo visual.

Artistas muy conocidos en este ámbito como INTI, el colombiano Stink Fish, el español Cuellimangui y los franceses Ella & Pitr, además de los grupos porteños Caos, Painters, Andrea Cecilia Bernal (ACB), Cekis, DVE Crew, Un Kolor Distinto Crew (UKD) y Teo, han plasmado su arte en Valpo. Quizás el graffiti favorito es uno que dice We are not hippies, we are happies.

El paseo dura tanto como uno quiere, aunque será mejor dejar sus calles al caer la noche, porque no son muy seguras.

Allí está uno de los cinco lugares que sí o sí uno debe conocer. Se trata de la Casa Cervecera Altamira, que tiene un mini museo y producción propia de cervezas, que pueden ser acompañadas de un Crudo Alemán, que consiste en carne cruda con pepinillos, ají, perejil, alcaparras, pan y lechuga. El maridaje con una stout es perfecto.

Además de los restaurantes está El Emporio de La Rosa, una de las 25 mejores heladerías del mundo. El portal gastronómico The Daily Meal, especialista en temas de gastronomía, la nombró como uno de los mejores lugares para disfrutar un helado en el mundo. Vale la pena gastar unos Bs 30 (4,31 dólares) para saborear una bola de helado de frambuesa.

A más de beber, comer y ver, también se puede escuchar, porque cada domingo se puede asistir a un concierto de órgano gratuito, a las 12.30, en la Catedral Anglicana de San Paul. El instrumento fue instalado entre 1902 y 1903 por la comunidad británica. Los tonos del órgano varían desde un leve susurro a la majestuosa belleza que resuena por la iglesia.

Hay mucho más para conocer en Valparaíso, la Plaza Sotomayor es uno de los lugares más céntricos y concurridos de toda la ciudad donde sobresale el Edifico de la Armada de Chile, un edificio de estilo neoclásico de color celeste.

Lo ideal es visitar Viña y Valpo, que están a 20 minutos la una de la otra. Bien valen los Bs 6 (0,86 dólares) que se paga al ir en bus de una a la otra. El recuerdo y la experiencia serán imborrables, tal como lo fue para Libre Empresa.

Fotos de dron: Marcelo Durán Vásquez
Texto y fotos: Monica Briançon Messinger

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