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LIDERAZGO

Mujeres emprendedoras, el contrapeso al machismo

El éxito radica en “quererse a sí mismas”, coinciden estas tres mujeres que se abrieron camino por la vida con constancia y visión de superación personal.

Ellas se juzgan sencillamente por lo que son: Mujeres. Iguales pero distintas a todas. Eso las ha catapultado, como pocas, a ser arquitectas de su propio destino, pero también a convertirse en referentes para tantas otras mujeres que, en contrapartida, sollozan en silencio, empantanadas, víctimas principalmente de la violencia machista.
Ellas son Luz Mary Zelaya Vidaurre, la primera mujer en estar a la cabeza de una entidad tradicionalmente dirigida por varones; Sissi Gabriela Añez Sánchez, apasionada de la comunicación y una de las periodistas de más reputación en los medios de comunicación bolivianos; y Claudia Natalie Herbas Flores, madre independiente y motivadora incondicional de mujeres y hombres, por igual.  

Muy capaces
“Si como mujeres podemos dar origen a una nueva vida, imagínese de lo que somos capaces”, señala por ejemplo Luz Mary Zelaya, una mujer menudita de no más de 1,60 de estatura que se abrió innumerables senderos en la vida simplemente a fuerza de “quererse a mí misma”. Hoy es presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria y Artesanía Productiva de Cochabamba (Cadepia), cargo que lo consiguió con creces, primero porque debió pelearse contra todo un ejército de hombres presuntuosos que no admitían bajo ningún precepto ser dirigidos por una fémina. Segundo, por los celos ilógicos de las mujeres de su propio entorno quienes no hacían más que poner trabas a sus proyectos, aun cuando la lucha era por reivindicarlas a ellas mismas.
Ese carácter impetuoso de Luz Mary hace mérito a su ardoroso lugar de nacimiento, Irupana, uno de los recónditos pueblos tropicales de Sub Yungas del departamento de La Paz.
“Soy muy activa desde niña”, reconoce, por eso dondequiera que iba desde pequeña sus sentidos la conducían siempre a “luchar por tener algo propio”.
Pero su verdadera fuerza radicaba en asumir desde su corta edad que “como mujer valemos mucho y, como tales, podemos hacer mucho”.

Emprendedora
De ese modo llegó a Cochabamba hace 13 años, los mismos que tiene su microempresa de suplementos nutricionales Amasoy. De esa manera también llegó a Cadepia donde se abrió paso entre la masa de varones primero como afiliada, luego como secretaria general y finalmente como presidenta, hecho que incluso motivó que dos miembros de la entidad se retiraran. Hoy es la cabeza de 1.500 socios. También ha fungido como segunda vicepresidenta de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba y segunda vicepresidenta de Feicobol.
Pero tanto, su carrera dirigencial como la de su emprendimiento no hubiesen sido tales sin la competencia de su pareja…lo que le hace decir con esa autoridad que impone la experiencia de que “no se trata de luchar contra el hombre, sino de luchar junto al hombre” para lograr grandes propósitos.
Luz Mary es una romántica implacable, pero eso no le quita en nada su lado realista, que es el que predomina a la hora de llamar las cosas por su nombre. “Nadie vive de amor”, advierte. Por eso mismo su lucha individual ha girado hasta ahora en poseer libertad económica como mujer, lo cual consiste en “demostrarse a sí misma que una es valiosa y puede todo”. Eso, en un matrimonio, es elemental.
Cuando se le pregunta qué opinión le merece la violencia machista en la que casi siempre la víctima es la mujer, Luz Mary no encuentra otra fórmula para eliminarla que con “educación, educación, educación”. Lo repite tres veces, como para que se entienda de una vez por todas que no hay de otra.
Pero la educación de la cual habla no es aquella que se imparte en las aulas, sino aquella que germina en el hogar. De ahí que lo más sagrado para ella es, cuando está algo descansada o no está patrocinando las ferias de Cadepia, pasar inolvidables momentos con la familia.
Tiene dos hijos: José Flavio, de 33 años; y Cinthia, de 25 años, a quienes se suman sus tres nietos de 16, 5 y un añito, que son su adoración.
Pero lejos de estar conforme con todo ello, se ha impuesto dos retos más: Ser la presidenta de las personas de la tercera edad para defender sus derechos y luchar hasta cuando le permitan las fuerzas para que los productos bolivianos y todo lo hecho en Bolivia ocupe el lugar que le corresponde: En la cima.

Sissi Añez Sánchez
Hace poco más de un año dejó los reflectores y los sets de televisión, todo por sumergirse al cien por cien en otro reto que le planteó la vida, como mujer y como profesional: Ser Gerente de Comunicación y Responsabilidad Social Empresarial de Farmacorp, una de las 10 empresas más reputadas y de mayor expansión del país. Ella es Sissi Gabriela Añez Sánchez, de 41 años, la mujer que brilla por sí sola.
Cuando Libre Empresa le pregunta ¿Qué debe poseer una mujer para convertirse en una emprendedora? Ella responde a su mejor estilo: Con sinceridad.
“Confianza en sí misma, mucha fe y aprender a gestionar el miedo para enfrentar lo que tiene que enfrentar. Quizás al momento de asumir un nuevo desafío, no tendremos todo el conocimiento ni toda la seguridad para hacerlo; sin embargo, considero que lo importante es tener la predisposición para aprender y adquirir las herramientas y los conocimientos que nos hacen falta cada día para desarrollar de mejor manera nuestras tareas. La actitud es el punto de partida”.
Hablar de Sissy Añez es hablar de una mujer sencilla pero muy capaz, que se ha desempeñado como periodista, presentadora de noticias y programas periodísticos informativos en Red UNO, Unitel, PAT y Radio UNO.
“Vengo de una familia de comunicadores y desde muy joven me sentí atraída por el periodismo y los medios de comunicación. Tenía 12 años cuando ingresé a un set de televisión para transmitir noticias para niños”, recuerda.
Es desde esa experiencia que Sissy Añez habla con autoridad respecto de que la mujer puede y debe ser independiente desde todo punto de vista, pero principalmente económico.
“Uno de los elementos más importantes para el desarrollo y el éxito de una mujer es la independencia económica. Volviendo al tema de la violencia, el dinero es uno de los aspectos que utilizan los hombres violentos y manipuladores para sentirse con el derecho de someter a la mujer o a su familia a malos tratos y hasta violencia física. Muchas mujeres no se animan a dar el paso porque temen no ser capaces de autosustentarse y sustentar a sus hijos. Al asumir responsabilidades propias se le quita el poder al otro”, asegura.
A colación de esa libertad económica, es inevitable hablar de un flagelo que está carcomiendo a la sociedad boliviana: La violencia machista y su secuela, los feminicidios. ¿Qué piensa Sissy sobre aquello?
“Es una realidad que nos lastima, que nos hace vernos muy mal como sociedad ante nosotros mismos. Es un tema que merece ser tratado desde las raíces, hay que invertir en educación, es necesario aportar para generar conciencia, involucrar voces masculinas en esta lucha, que los varones hablen y promuevan también los derechos de las mujeres”, sostiene a tiempo de asegurar que “las leyes por sí mismas no tienen el poder para transformar una sociedad, puesto que está comprobado que hay sociedades que han logrado avanzar enfocando sus esfuerzos, sus recursos e inversión en el desarrollo humano, en la educación y en la promoción de valores, aspectos que ayudan a construir mejores seres humanos”.


Claudia Herbas Flores
Acostumbrada a los cócteles y los protocolos, pero también es capaz de enfundarse un overol y embarrarse las manos con cualquier oficio que se lo demande. Así es Claudia Herbas, una mamá independiente que predica con el ejemplo lo valioso que es “quererse a una misma” para tener éxito.
Guiada por aquella legendaria frase de José Ingenieros de que “el ser humano es arquitecto de su propio destino”, Claudia ha sabido aplicarla en distintas etapas de su vida, experiencia que ahora vale para guiar a aquellas mujeres vulnerables que tienden a hundirse debido a las circunstancias.
“Lo que busco es que las mujeres y la sociedad misma se den cuenta de la magnitud de los hechos de violencia que suceden a diario en Bolivia y nadie hace nada para frenarlos”, expresa preocupada.
De acuerdo con el reporte de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), 30.398 casos de violencia contra la mujer, niña, niño y adolescente y 92 feminicidios fueron registrados de enero a septiembre de 2019 en todo el país.
Es de esa violencia que reniega Claudia, pero de la moda de estos tiempos de quienes despotrican contra todo desde la comodidad de las redes sociales, “pero otra cosa es que el ciudadano deje el Facebook y salga a la calle a expresar su protesta y comience a cambiar la realidad”.
Por esta razón, en febrero de este año, inició otro de sus tantos proyectos filántropos al cual denominó Ciudadanos Voluntarios en Acción (Civoac), que congrega a personas con similares principios y propósitos generosos con la sociedad. Con ellos llevó adelante el encuentro de empoderamiento “Gente Valiente y Consciente Previniendo la Violencia”, cuyo propósito era generar espacios de reflexión entre autoridades, empresarios privados y ciudadanos a fin de frenar la ola de feminicidios en el país.
“He empezado este activismo por un sentimiento de ir de la idea a la acción con actividades que buscan empoderar a la mujer en su integridad. Lo hago por convicción y por compromiso”, manifiesta a tiempo de reprochar que “mucho se espera que el Gobierno haga, cuando el cambio debe producirse desde nosotros mismos”.
Se trata de cambiar de pensamiento y actitud mediante talleres para personas de 14 a 65 años, mujeres y hombres en situación de violencia que desean ingresar a un debate sano y respetuoso. Con ello, Claudia pretende que el ciudadano vea y constate que hay grupos como Civoac que brinda apoyo ante la burocracia estatal para atender los casos de violencia. En ese marco, ofrece guía psicológica y legal a las víctimas de violencia machista.
Cuando se le habla de feminismo, la también coach hace una mueca y responde a rajatabla: “El feminismo se ha tergiversado, puesto que se analiza la situación sólo desde el punto de vista femenino. De ahí que la mujer quiere ser superior al hombre y a la misma mujer. Y no es así”.
Por eso mismo, coloca como ejemplo contrario al feminismo extremo a las mujeres emprendedoras de la que dice “han dado un salto, han decidido ser libres. Eso significa haber salido de su zona de confort, haber decidido apostar por su libertad económica”.  
Cuando se le menciona los 92 feminicidios cometidos en Bolivia en lo que va del año —según la Felcv— y se le hace ver que lo que Claudia hace es apenas una gota en el océano de la violencia, responde: Soy feliz si logro cambiar a una sola persona. Y a modo de anécdota menciona el caso de una mujer que pensaba suicidarse, pero al hacerle ver lo mucho que ella valía, no lo hizo.
“Es cuestión de encenderle el motor, hacer algo por ellas mismas”, resume.

Luzgardo Muruá Pará

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