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COCHABAMBA

COCHABAMBA: poco por estrenar, mucho por reflexionar

Más de $us 2 mil millones se invierten este año en proyectos estratégicos en Cochabamba. Se concluyeron obras que se hicieron esperar por décadas. La solución a El Sillar, el Tren Metropolitano forman parte de los megaproyectos en ejecución.

“Al Santo en su día y a Cochabamba, cualquier día”, así se resume la situación del departamento, que en septiembre celebra su aniversario, con más promesas que presentes.

Si bien los “regalos” para la región no vienen con la envoltura del cálculo político, lo objetivo es que el corazón de Bolivia ha recibido importantes proyectos traducidos en obras por más de $us dos millones en el presente año, que no merecen despreciarse aunque no hayan coincidido en su mes.

La situación de la región en 2018 es similar a la del año pasado, con bajos niveles de crecimiento económico, pero el departamento todavía mantiene una dinámica interesante como parte del eje troncal del país, actuando como bisagra entre el oriente y el occidente del país y como paso obligado de las exportaciones e importaciones entre La Paz y Santa Cruz, tanto al este como al oeste.

En esta ocasión, en el mes aniversario de Cochabamba, LIBRE EMPRESA realiza un balance de las más importantes inversiones concretadas en este último año en la región, que apuntan a configurar un nuevo escenario más promisorio para los habitantes de este departamento en su conjunto.

 

Potencial hidroeléctrico

A mediados de enero del presente año, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) entregó la primera fase de la Hidroeléctrica San José (San José I), cuya central de generación aportará 55 megavatios (55 MW) de potencia efectiva al Sistema Interconectado Nacional (SIN). 

Este proyecto fue ejecutado por la firma china Sinohydro y forma parte de un sistema en cascada cuyas aguas que descienden desde la Laguna Corani, sirven para la generación de energía eléctrica. 

Primero, el recurso hídrico es utilizado para la generación de electricidad de la Planta Hidroeléctrica de Corani, luego de Santa Isabel y en la parte más baja para beneficio de la Central Hidroeléctrica San José, que gracias a una serie de acueductos y embalses, permiten la generación de la primera planta de este sistema, San José I.

Esta obra está en la Provincia Chapare y demandó una inversión de $us 139 millones. Sin embargo, su segunda fase, que comprende la puesta en operación de San José II, se encuentra en plena ejecución y aportará 69 MW adicionales al SIN. Su entrega está planificada para principios de 2019.

En materia energética, Corani tiene prevista este mes la puesta en servicio de un generador de respaldo para el sistema hidroeléctrico más importante y antiguo del país. Con estas inversiones que se suman a otras de gran envergadura en gestiones pasadas, Cochabamba se consolida como el centro energético de Bolivia.

 

Mega obras Odesur

Un evento que generó una de las mayores inversiones realizadas en Cochabamba corresponde a los XI Juegos Olímpicos Suramericanos, (Odesur 2018. Tuvo a la ciudad de Cochabamba como su sede principal, pero también participaron varios municipios del Valle Alto y Bajo. El trópico cochabambino, Villa Tunari, fue la subsede de los juegos.

La realización de este certamen internacional demandó cerca de $us 200 millones de inversión que fueron invertidos en 43 escenarios, entre campos deportivos, hoteles deportivos y en la organización y logística de la actividad muscular. 

La Llajta, situada en el corazón de Bolivia, se convirtió (entre mayo y junio) en el alma de la actividad olímpica del continente suramericano, recibiendo a poco más de 4 mil deportistas de 14 países que se robaron la atención de toda la ciudadanía. 

Sólo la Alcaldía de Cercado invirtió cerca de $us 28 millones en seis escenarios deportivos, siendo uno de los más grandes el Centro Acuático, con $us 10 millones de inversión.

Gracias a este encuentro olímpico, Cochabamba quedó como el departamento con la mejor infraestructura deportiva del país, calificando para futuros torneos de importancia internacional.

 

Rompiendo mitos

Alcanzar los sueños dorados es, insoslayablemente, la máxima aspiración de los pueblos, y en esa línea Cochabamba ha alcanzado los suyos.

La ampliación y puesta en operación de la Planta de Refinación Gualberto Villarroel, el Proyecto Múltiple Misicuni, el inicio de obras del nuevo tramo vial de El Sillar, la ampliación y mejoramiento de la infraestructura vial de Cochabamba para articularse mejor con otros departamentos y la conclusión del camino asfaltado al Parque Industrial Santiváñez, forman parte de este paquete de obras que fueron ejecutados y -algunos de ellos- están en plena ejecución.

En octubre del año 2014 el presidente Evo Morales inauguró la nueva planta en la Refinería Gualberto Villarroel para procesar 12.500 barriles de petróleo por día (BPD) y permitir además que el Estado ahorre $us 155 millones al año de la subvención a los hidrocarburos.

En esa oportunidad se informó que la nueva planta elevará la producción de Gas Licuado de Petróleo en 30% y principalmente la refinación de 20 millones de litros mes de diesel oil.

Con esta obra no sólo se materializó un añorado anhelo, sino que también consolidó la nacionalización de estatal petrolera desde Cochabamba.

 

Misicuni

Septiembre de 2017 quedará marcado en el calendario histórico de los vallunos, ya que en esa oportunidad fue inaugurado y puesto en servicio el Proyecto Múltiple Misicuni, un proyecto ansiado desde hace más de 60 años.

La planta tiene una capacidad instalada de 120 MW, sin embargo genera menos de su capacidad para evitar echar al río los grandes volúmenes de agua que requiere esa generación de energía eléctrica, en razón de que los municipios beneficiarios del área metropolitana de Cochabamba (Sipe Sipe, Vinto, Quillacollo, Tiquipaya, Colcapirhua, Cercado y Sacaba) no han tomado sus previsiones para construir aducciones que les permita transportar el recurso líquido y aprovecharlos para riego y consumo humano. Por lo pronto, sólo la ciudad de Cochabamba disfruta de las aguas. 

Otro proyecto que data de poco más de 20 años, corresponde a la construcción del camino asfaltado hacia el Parque Industrial Santiváñez. Esta obra vial tomó varios años en ejecutarse para finalmente inaugurarse (el tramo Lacma-Santiváñez) en 2017 durante la gestión del Gobernador Iván Canelas. Sin embargo, resta aún consolidar la reactivación del complejo industrial.

 

Urea y amoniaco

Cuando se creía que la agenda de proyectos para la región se había agotado o estaba a punto de culminarse, el Gobierno puso en agenda de trabajo dos grandes megaobras: La Planta de Urea y Amoniaco de Bulo Bulo que fue ejecutada y inaugurada el año pasado por un valor superior a los $us 1.000 millones y la construcción del Tren Metropolitano de Cochabamba, que se encuentra en ejecución con una inversión de $us 447 millones. La obra tiene un avance físico que no supera el 5%. 

La puesta en operación de la Planta de Fertilizantes en Bulo Bulo se constituye en un importante eslabón para la industrialización de los recursos energéticos del país y la generación de nuevos ingresos para el Estado boliviano. Generar empleos y abrir un amplio árbol de oportunidades en el sector de la petroquímica y la farmacología serán sus mayores virtudes, pero eso se verá más adelante. 

 

Tren metropolitano

Este proyecto está en plena ejecución; tiene 12 frentes de trabajo que comienzan desde el Municipio de Sipe Sipe y concluyen en Sacaba. 

De momento, se trabaja en el trazado de la Línea Amarilla, según informa Ariel Torrico, coordinador del proyecto del Ministerio de Obras Públicas.

Los principales frentes de trabajo son: La estación Central de San Antonio, el puente Viloma en Sipe Sipe, la construcción del puente sobre la Av. Ayacucho en la ciudad de Cochabamba y la construcción del puente en la Av. 6 de Agosto, también en Cercado.

En junio del presente año arribaron a la ciudad más de una docena de camiones trayendo 33 toneladas de rieles para el proyecto de un total de 5.200 toneladas que se extenderán a lo largo de 95 kilómetros de vía férrea. 

 

Tren bioceánico

Si bien el Tren Metropolitano viene a ser un proyecto de impacto local, estará articulado al Tren Bioceánico que involucra a cinco países de la región (Brasil, Perú, Paraguay, Uruguay y Bolivia), sin duda este componente suma de sobremanera y perfila a Cochabamba como una “región multiservicios” por excelencia.

El Gobierno Central ha definido a Cochabamba como la sede de coordinación del proyecto porque además éste se vinculará al Tren Metropolitano del área metropolitana.

“Queremos que Cochabamba se convierta en el Centro Estratégico de Ferrocarriles en Bolivia y desde aquí daremos las directrices que requiere este proyecto nacional”, declaró en Ministro de Obras Públicas y Servicios, Milton Claros, haciendo énfasis que dicho megaproyecto se constituirá en el Canal de Panamá del comercio mundial del Siglo XXI.

El Corredor Bioceánico propuesto por Bolivia demandará al menos siete años de ejecución y una inversión de $us 14.000 millones, e involucra construir dos hubs portuarios en altamar para conectarse al bioceánico (uno en Perú y otro en Santa Cruz de la Sierra).

Proyectos emergentes

Hoy por hoy, temas referidos al cuidado y preservación del medio ambiente y la ejecución de obras para ampliar la cobertura de los servicios básicos en el Eje Metropolitano de Cochabamba, son las asignaturas pendientes y consideradas “estratégicas”.

La Recuperación del Río Rocha es un proyecto que surge emergente de la contaminación desmedida que se hizo del tradicional afluente que –otrora- fuera la fuente principal de riego de la campiña cochabambina. La imagen de campos productivos fértiles ha sido vencida por el crecimiento desmesurado de la mancha urbana y de la industria que han terminado por contaminar y degradar el histórico río.

Bajo ese contexto se pretende la recuperación integral del afluente construyendo en varios puntos del río varias plantas de tratamiento de aguas a objeto de aminorar la elevada contaminación a la cual es sometida el río. De esta situación también deriva la contaminación de la Laguna Alalay que recibe las aguas del Rocha. 

El espejo de agua de los cochabambinos también ha sufrido considerables daños que aún no se revierten de manera integral para devolverle su calidad de pulmón y área ecológica. La presión urbana que se ejerce sobre la misma y la falta de políticas de preservación del lugar sucumben tammbién con la presencia de industrias que echan sus productos químicos sobre el espejo de agua.

De esta manera, los cochabambinos replantean sus prioridades diseñando proyectos pero no precisamente para transformar o mejorar sus vocaciones productivas, sino para enmendar los errores cometidos y buena parte de ellos están enfocados en la preservación del medioambiente.

Haber roto mitos, haberse planteado nuevos proyectos y encararlos con éxito forma parte de la vida del cochabambino. Replantearse nuevamente un proyecto de ciudad y región forma parte de este mes aniversario en el cual hay poco por estrenar, mucho por disfrutar y demasiado por reflexionar.

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