Santa Cruz busca consolidar el área metropolitana más grande del país
El elevado flujo migratorio demanda servicios, desde los básicos, al igual que infraestructura para educación, salud, transporte, etc., que deberán responder no sólo a las necesidades de la población, sino a planes de desarrollo territorial, urbanísticos y de vialidad.
Desde los años 1970, la emergencia económica del eje troncal de Bolivia permitió articular los centros urbanos metropolitanos con el exterior, configurándose Santa Cruz como un nodo nacional estratégico que tiene grandes proyecciones y apunta a ser la región metropolitana más grande del país.
Según Pedro Ochoaizpur, urbanista argentino que expuso en la VI Bienal organizada por el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz, en el entorno de la amazonía central no hay áreas metropolitanas con más de un millón de habitantes, de ahí que Santa Cruz, conectada a Santiago, Sao Paulo y Buenos Aires, comienza a ser un centro importante para el norte argentino, el Paraguay y el Matto Grosso brasileño.
“Santa Cruz es un centro de la llamada subregión integrada, germen de una futura región metropolitana, abarcando parques nacionales, centros productivos, asentamientos rurales de migrantes y lugares turísticos, y es el polo regional para un territorio de más de 360 mil kilómetros; sin embargo, el interior de su territorio está deficientemente vertebrado”, explica.
Santa Cruz es el centro generador de un área metropolitana de seis municipios: Santa Cruz, Cotoca, Warnes, Porongo, La Guardia y el Trono, con 1,9 millones de habitantes, más de 3,1 millones en todo el departamento, casi un tercio del total de pobladores del país.
Según el experto, la conformación tradicional del sistema de ciudades de Bolivia, estuvo durante siglos estructurada en torno a los centros de la administración colonial y de la minería, entorno a Potosí, primer centro minero; Sucre, como sede del poder colonial y capital de la República; y Oruro y La Paz, como centros de estaño.
Antecedentes
La estructura de la ciudad de acuerdo a las pautas fundacionales estuvo vigente hasta los años 1960, época en la que el primer Plan Regulador de la ciudad formuló un modelo radiocéntrico con cuatro anillos, quedando la forma tradicional como ‘damero’ sólo dentro del primer anillo.
Según el arquitecto Miguel Seoane, el resto del espacio urbano se articula en unidades vecinales de corte anglosajón.
La “ciudad de los anillos”, como fue llamada, presentaba una fuerte y compacta imagen urbana circular, con una definición nítida hasta el cuarto anillo.
“Ese modelo ideal de ciudad dura hasta fines de los años 1970, cuando la planificación meramente física no puede dar respuestas a la creciente complejidad socioeconómica de la ciudad en la actualidad, cuyo dinamismo y actividad, derivadas de la inserción económica nacional e internacional, rompe todos los esquemas formales de la planificación, iniciándose un proceso de “sprawl criollo”, que sigue actualmente”, explica Seoane.
Cambios no previstos
Según el urbanista, las empresas petroleras, con capitales externos y locales, propiciaron la segregación social, construyendo algunas unidades vecinales en forma privada, con servicios completos para población de altos ingresos.
Inicialmente, estas inversiones se realizaron en el marco de los lineamientos del Plan, sin embargo, agotados esos espacios (o valorizados de manera muy rentable), comenzaron a surgir grandes proyectos de urbanizaciones privadas y en algunos casos cerradas.
Estas nuevas propuestas están alejadas de la planificación inicial y abarcan a otros municipios colindantes, como es el caso del Urubó en la jurisdicción de Porongo, con urbanizaciones “exclusivas” y que normalmente se organizaron en torno a equipamientos recreativos de alto nivel.
De esta forma, la mancha urbana que hace 20 años no pasaba de 4.000 Has., llega hoy a más de 30.000 Has. Las densidades urbanas también bajan persistentemente con el crecimiento de un área periurbana.
Falta de accesos
Por su lado, el presidente de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz, Víctor Hugo Suárez Diez, habla sobre el reto que Santa Cruz encara, que es consolidarse como la región metropolitana más grande de país
¿Usted cree que la región está preparada para ese objetivo?, le preguntó este medio. “Miles de familias llegan cada año a Santa Cruz, tanto al departamento como a la capital. Este flujo migratorio demanda una gama de servicios, desde los básicos como agua, energía, alcantarillado, tratamiento de residuos, al igual que infraestructura para educación, salud, transporte, etc que deben responder no sólo a las necesidades de la población, sino a planes de desarrollo territorial, urbanísticos y de vialidad, por señalar algunos”, responde.
Estos y otros factores, agrega, no pueden estar al margen de la normativa vigente, de la coordinación entre municipios, Gobernación y Gobierno Central (en las instancias que correspondan) para coordinar planes y programas que permitan la consolidación de un área metropolitana conformada por Santa Cruz de la Sierra, Warnes, Montero, Porongo, Cotoca y La Guardia.
En cuanto a las tareas pendientes, el directivo expone que en los hechos, actualmente esta zona está vinculada por vías troncales, sin embargo, ya es notable la falta de accesos alternativos, de políticas y planes de desarrollo conjuntos entre municipios y Gobernación.
“La brecha o diferencia es mayor aún con el Gobierno Central.
Avanzar hacia una zona metropolitana moderna, planificada, consideramos que también implica trabajar en base a criterios técnicos, a planes que sean sostenibles en el mediano y largo plazo”, sostiene Suárez.
De la Ley a la práctica
Ochoaizpur advierte que se ha ganado bastante con las leyes desde el punto de vista teórico, pero en la práctica, vistas desde la óptica de la competitividad, se detectaron debilidades cuya solución está dirigida hacia la optimización en la gestión pública, la adquisición de destrezas competitivas y las mejoras en la calidad de vida de los habitantes de la región.
Es precisamente por esto que lo municipios de la confluencia metropolitana en la actualidad desarrollan su desarrollo en base a proyecciones autónomas y en parte aisladas del resto, pese al anuncio de la aplicación de una planificación nacional que ya existe, según señala Seoane.
Revela que desde hace 20 años hay un sistema de Planificación Nacional (Sisplan), que establece la coordinación, concurrencia y subsidiariedad entre los tres niveles del aparato del Estado: nacional, departamental y municipal para la elaboración de los Planes de Desarrollo.
“Desgraciadamente, estas disposiciones y normativas del Sisplan no se han traducido en sustanciales mejoras en términos de planificación y buena ejecución. Es más, lo que se destaca es la ausencia absoluta de ambos elementos, lo que representa un gran reto para consolidar el área metropolitana más grande del país”, acota.
La base económica de Santa Cruz es muy dependiente de la explotación de sus recursos naturales, poco diversificada y su vulnerabilidad se relaciona directamente a riesgos climáticos y a los precios internacionales de sus principales commodities. Por consiguiente, es una economía emergente con exigencias de productividad que la presionan cada vez más para incursionar y/o continuar compitiendo en los mercados internacionales y su desarrollo se ha ido plasmando en las últimas inversiones que han convertido a Santa Cruz en la región más pujante de Bolivia. |
Plan maestro de transporte urbano
Con la finalidad de solucionar el caos vehicular y mejorar el transporte en los municipios de Santa Cruz de la Sierra, Cotoca, El Torno, La Guardia, Warnes y Porongo, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) entregó el Plan Maestro para la Mejora del Transporte del Área Metropolitana del departamento. El estudio recomienda una interconexión sobre el río Piraí de los municipios de Porongo y la capital cruceña.
El proyecto, financiado por el gobierno japonés a través del JICA, se realizó en coordinación con la Gobernación Santa Cruz y los municipios de Santa Cruz de la Sierra, Cotoca, Porongo, La Guardia, El Torno y Warnes se efectuó de marzo de 2016 hasta noviembre de 2017.
Estos municipios participaron en el proyecto a través de la designación de técnicos en los grupos trabajo, los cuales recibieron capacitación para que desempeñe un papel fundamental en la implementación del plan.
"Este plan es el puntapié para trabajar juntos todos los municipios, por eso estamos agradecidos con este estudio realizado con el apoyo del JICA que servirá para mejorar la infraestructura y modernizar los servicios", dijo Rubén Costas, gobernador de Santa Cruz.
“Nuestro plan es ambicioso, pero también está dimensionado en el tiempo. Está para mejorar las infraestructuras, modernizar nuestros servicios, integrar a las ciudades, pero fundamentalmente para mejorar las condiciones de vida de la gente”, agregó.
Para realizar el estudio, se hicieron encuestas a 16.000 personas que habitan en los seis municipios que conforman el área metropolitana.
Entre los objetivos específicos del plan están: proporcionar servicios de transporte público estable y fiable en todas las condiciones meteorológicas; proporcionar suficientes servicios de transporte público en todas las áreas urbanas; proporcionar un sistema de transporte público seguro, cómodo, de alta capacidad y de alta velocidad; reducir la contaminación del aire por las emisiones de vehículos.